Zaragoza.- Las relaciones ferroviarias entre Caspe y Mora y Monzón y Lérida no son consideradas por el Ministerio de Fomento como un servicio público. Se trata de una primera declaración de intenciones del Gobierno central, que debe cumplir una directiva europea de transporte que tenía que haberse iniciado en 2011 y que establece unos porcentajes mínimos de usuarios para considerar un servicio ferroviario de interés público y, por lo tanto, financiable.
El primero, entre Caspe y Mora, es un servicio sin casi viajeros y que cuesta una “enorme” subvención. Mientras que el segundo, Monzón y Lérida, que se seguirá conectando con los ferrocarriles del servicio de Zaragoza-Monzón-Lérida, sólo tenía un servicio al día a las 13.15 horas llevando a tres viajeros diarios.
A pesar de estos dos, la mayor parte de los servicios han superado la primera criba del Ministerio de Fomento, que culminará con la no financiación estatal de los servicios que no incluya en su declaración de intenciones. Estos son Madrid – Zaragoza, Salamanca – Valladolid – Zaragoza, Zaragoza – Arcos de Jalón, Zaragoza – Barcelona, Zaragoza – Jaca – Canfranc, Zaragoza – Caspe, Zaragoza – Castejón de Ebro, Zaragoza – Castejón – Logroño, Zaragoza – Castejón – Pamplona, Zaragoza – Huesca, Zaragoza – Monzón – Lérida y Zaragoza – Teruel – Valencia.
Tal porcentaje ha sido logrado gracias a que el Gobierno de Aragón ha conseguido modificar la metodología del Ministerio a la hora de valorar, ya que en un primer documento no existían tantos servicios aragoneses. Aunque el consejero de Obras Públicas, Rafael Fernández de Alarcón, ha mostrado su satisfacción por esta primera consideración, no está de acuerdo con la eliminación de la relación Monzón-Lérida.
Por otro lado, Alarcón se muestra preocupado porque en los próximos meses, en la segunda fase del proceso para articular las modificaciones, se caiga alguna relación ferroviaria de las que ahora se contemplan. Por ello, la Consejería sigue trabajando en que sigan manteniéndose con Renfe y se está elaborando su estudio sobre qué relaciones ferroviarias serán de interés general para Aragón. “Seguiremos trabajando para que el servicio de transporte sea lo más eficiente, pero también lo más social posible”, ha sentenciado. Y es que Alarcón cree que no se trata sólo de utilizar un criterio económico, sino territorial y social. Para las que decaigan el Decreto del Gobierno prevé facilitar acciones complementarias con un servicio de autobús.
Si después de este proceso con dos fases, iniciado con una directiva europea en 2008, con la “formalización de los detalles” en el Plan de Servicios que propondrá a Renfe se deja de prestar algún servicio en Aragón, la Consejería suplirá las carencias que considere importantes con su Plan de Transporte Ferroviario.