Política lingüística: El misterio del brazo ejecutor

Origen: El misterio del brazo ejecutor

El misterio del brazo ejecutor

Los ánimos se encedieron una vez más en la Cámara con el debate de las lenguas, que trajo el PP coincidiendo con las elecciones catalanas y con un duro discurso conservador

  • Mayte Pérez y José Luis Soro, como líder de CHA, centraron las críticas del PP. - NURIA SOLER
    Mayte Pérez y José Luis Soro, como líder de CHA, centraron las críticas del PP. – NURIA SOLER

MICHEL Vallés 25/09/2015

El PP aprovechó la cercanía de las elecciones catalanas para resucitar el debate lingüístico. La diputada popular, María José Ferrando, sacó toda su bilis en una intervención en la que no se ahorró ni un solo adjetivo calificativo. Se quedó sola en la estrategia de crispación –solo el PAR le siguió el juego– puesto que el resto de grupos apostaron por el consenso en un asunto como este, que siempre enciende los ánimos.

Ferrando echó mano de la lata de gasolina –dialéctica– y repartió críticas al Gobierno de Javier Lambán y sobre todo a su socio, CHA. El director general de Política Lingüística, José Ignacio López Susín, fue el foco de sus ataques. Lo llegó a calificar, sin venir a cuento, de “brazo lingüístico exterminador”. Concepto de nuevo cuño, aún por descifrar. Mezcló churras con merinas y llegó a augurar la “autodeterminación” de Aragón, puesto que esta materia, las lenguas, es en su opinión una “patata caliente”. “De ahí a encaminar la acción política al independentismo hay un paso”, predicó.

Y todo por una dirección general, la de Política Lingüística, que según la viosionaria conservadora es, además de una vía para el secesionismo, una “agencia de colocación” para CHA; un “misterioso apéndice” y una “ocurrencia” del Gobierno. Casi nada. Ferrando aseguró, sin aportar ningún dato, que por culpa de este área habría menos dinero para el IAI. Para rematar, la popular dijo que este debate, el de las lenguas, no es urgente, sino que la prioridad debe ser la llamada emergencia social. Olvidó que fue el PP el que ayer llevó el debate a las Cortes, en el segundo pleno de la legislatura.

Le contestó la consejera de Educación, Mayte Pérez, que le puso temple al asunto; lejos de entrar al trapo, se mostró conciliadora. Reivindicó la historia de Aragón, forjada con dos lenguas propias, el aragonés y el catalán. “Las lenguas pueden y deben convivir, y la Administración tiene que implementar las medidas que lo permitan”, dijo. Frente a las amenazas y el miedo del PP, que ve “oscuros intereses” detrás de la dirección general de Política Lingüística, la titular del ramo habló de oportunidades. Emplazó al resto de fuerzas a sentarse a hablar para alcanzar el máximo consenso.

 

García-Albiol

El guante fue recogido por Gregorio Briz (grupo Mixto) que comparó el discurso de la diputada popular con la del candidato a la Generalitat del PP, Xavier García-Albiol. Recordó el ridículo que Aragón hizo en España con el Lapao y el Lapapyp y apostó por “educar en libertad”. Susana Gaspar (Ciudadanos) consideró que es de vital importancia proteger las lenguas de Aragón, aunque sin imponer su uso, ni hacerlas oficiales. Amparo Bella (Podemos) destacó que las lenguas forma parte del patrimonio de la comunidad y que no deben utilizar con fines partidistas. María Herrero (PAR) se negó a reconocer que en Aragón se habla catalán.

Lo que ni unos ni otros lograron explicar es qué significa ser un brazo lingüístico exterminador. Quedó como un misterio. Uno más, como el sentido del Lapao o del Lapapyp, también inventados por el PP.

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