–En Aragón sigue preocupando la devolución de los bienes eclesiásticos. ¿Cuál será su postura?
–La de siempre, recuerdo que es un asunto que incumbe a Lérida y Barbastro. Pero, hay una sentencia. Cúmplase, que estamos tardando. Y yo en lo que pueda desde Barcelona estaré dispuesto a ayudar.
–Afirma que llega a Cataluña “libre de prejuicios”. ¿Cuál va a ser su fin desde el arzobispado?
–Primero conocer el pueblo y sus costumbres y aprender mejor su lengua, porque no se puede amar aquello que no se conoce.
Juan José Omella: “Ahora que está todo fracturado es momento de grandes pactos”