Graus arroja un decálogo de conclusiones sobre la situación de la lengua aragonesa

Propuesto por la organización de las III Jornadas de Lenguas del Pirineo tras la celebración de la mesa redonda en torno a la nueva Ley de Lenguas de Aragón

La mesa estuvo compuesta por Juan José Vázquez, Viceconsejero de Cultura del Gobierno de Aragón, y los lingüistas Artur Quintana (Academia de l´Aragonés, Consello d´a Fabla Aragonesa), Mª Luisa Arnal (Universidad de Zaragoza) y Xavier Tomás (Sociedat de Llingüistica Aragonesa), y moderada por Raúl Usón (editorial Xórdica).

Mesa de la Ley de lenguas de Aragón.

Mesa de la Ley de lenguas de Aragón.

En el debate también participaron otras personas muy vinculadas a la lengua aragonesa desde el ámbito de la política, la enseñanza, la investigación y la literatura, como Ramón Miranda (Director General de Cultura del Gobierno de Aragón), Mª Victoria Celaya (alcaldesa de Graus), Elena Chazal (escritora), Nuri Sesé (maestra e investigadora), Tomás Castillón (maestro y escritor), Chuan Carlos Bueno (maestro y escritor), Mercé Carbonell (animadora e investigadora), Carlos Barrull (investigador y secretario del Centro de Estudios Ribagorzanos), Conchi Girón (secretaria de la SLA) y otros más.

Desde el Área de Cultura del Ayuntamiento de Graus hemos elaborado un decálogo de conclusiones acerca de la situación actual y las propuestas de futuro más interesantes que pudieron escucharse durante el debate respecto a la lengua aragonesa. No se valoran, estrictamente, la nueva Ley de Lenguas del Gobierno de Aragón, ya que todos los intervinientes constataron que únicamente la aplicación reglamentaria posterior iba a dar la verdadera medida de una ley intencionadamente vaga, ni tampoco la situación del catalán, que se encuentra en una tesitura diferente, menos comprometida y más alejada de la realidad cotidiana en la que nos desenvolvemos.

Entrega de los premios del Condau de Ribagorza.

Entrega de los premios del Condau de Ribagorza.

Las 10 conclusiones principales surgidas de esa mesa de debate son, a nuestro entender, las siguientes:

1. De las en torno a 6.000 lenguas del mundo, aproximadamente la mitad de ellas están en peligro de desaparición en 2, o a lo sumo, 3 generaciones (según la tercera edición del Atlas de las Lenguas en Peligro en el Mundo elaborado por la UNESCO). El aragonés es una de ellas.

2. El principal detonante para la desaparición de una lengua es la interrupción de la transmisión generacional. No hay futuro para ninguna lengua que no asegure su transmisión de padres a hijos. En el caso del aragonés, y en función de los distintos territorios, ésta se encuentra rota o en proceso de ruptura.

3. Con la mirada puesta en otros modelos de éxito relativo, el aragonés debe ser introducido en el curriculum escolar en aquellos territorios donde es una lengua patrimonial. Paradójicamente, en algunos centros escolares de estos territorios ya está incorporada la educación bilingüe con lengua extranjera, como el propio caso de Graus. En este sentido, cabrían destacarse las habilidades cognitivas mejoradas desde el conocimiento de una lengua materna como el aragonés, lengua romance emparentada con el castellano, el francés y el catalán, lo que puede permitir a los niños que hablen aragonés un mejor aprendizaje de esas y otras lenguas.

Actuación de Pink Forest.

Actuación de Pink Forest.

4. Hasta la fecha, ninguna ley ha conseguido aumentar el uso social de una lengua minorizada, por conservadora que haya sido aquélla. En ocasiones se han constatado incluso respuestas negativas a la promulgación de las leyes, que han gestionado inadecuadamente la realidad diglósica correspondiente.

5. Tanto el aragonés como la nueva Ley de Lenguas necesitan de una campaña pública de comunicación, que sirva también para separar la filiación existente en algunos círculos entre lengua e identidad nacional y/o política. Esta asimilación ha sido, en todos los casos analizados (también en el aragonés), perniciosa para la salud y el uso social de las lenguas.

6. El aragonés requiere de estímulos, de medidas que primen la funcionalidad de su uso. Ningún padre aragonés discutirá que es imprescindible que sus hijos aprendan inglés, pero sí, todo lo contrario, con el aragonés. El conocimiento del aragonés puede premiarse, entre otras medidas, mediante la consecución de méritos académicos y/o profesionales.

7. El aragonés debe hacerse mucho más visible para la sociedad, tanto en la literatura como en los medios de información o la publicidad, desde la señalización urbana hasta la documentación institucional.

8. Para el desarrollo del capítulo anterior, y por el bien general de la lengua y su uso social, es imprescindible y urgente la normativización lingüística, en primer lugar la ortográfica.

9. Todas las lenguas tienen un componente emocional, afectivo, sentimental e identitario que las sustentan. Los aragoneses necesitan reforzar el vínculo con su lengua, muy dañado durante el siglo XX, un tiempo histórico que ha supuesto la subyugación del aragonés a favor de la lengua dominante. Debe enfatizarse, desde las nuevas generaciones de aragoneses, el apego colectivo hacia un patrimonio colectivo en riesgo de desaparición absoluta. La lengua aragonesa necesita adquirir un prestigio social que nunca ha tenido. Los aragoneses deben crear una conciencia identitaria más fuerte, también en el ámbito lingüístico.

10. En resumen, una lengua no se sostiene sin el compromiso de sus hablantes y defensores, detentores de un patrimonio secular que les define y les hace especiales. La realidad grausina es paradigmática. Después de 9 ediciones de unas Jornadas que también persiguen la revitalización de la lengua local, y convocada una mesa orientada a exponer y debatir la primera Ley que va a proteger y regular el uso del aragonés (también el ribagorzano), tan sólo una cuarentena de personas asistieron a ella el pásado sábado 24, muchas de ellas venidas desde otras localidades. El dato es suficiente para poner, también en cuarentena, cualquier mensaje de optimismo. Sólo otra cuarentena, la de niños y niñas que se acercaron a la lengua desde lo lúdico, participando esa misma tarde del pasado sábado en el Chugaybaila, nos anima a pensar que existe otro futuro no imaginado, que nada es previsible ni inmutable y, por qué no, que una revolución cultural es posible.

Como proclama la UNESCO, es necesario salvaguardar y promover la diversidad cultural. Un territorio y un pueblo avanzado como el aragonés no puede permanecer inmóvil ante la desaparición de uno de sus principales tesoros, su propia lengua.

Graus arroja un decálogo de conclusiones sobre la situación de la lengua aragonesa.

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