Source: Denuncian “incoherencias” y “errores groseros” en los cambios de la toponimia aragonesa
Varios miembros de la comisión asesora de Toponimia de Aragón denuncian “las omisiones, repeticiones e incoherencias” de la última modificación del Nomenclátor Geográfico de Aragón

El Pirineo ha sufrido una actualización de algunos de sus nombres y picos. / El Periódico de Aragón
La fundación Benito Coll y varios miembros de la comisión asesora de Toponimia de Aragón han denunciado esta semana los “errores groseros, omisiones, repeticiones e incoherencias” de la modificación del Nomenclátor Geográfico de Aragón que se ha publicado este 17 de marzo en el Boletín Oficial de Aragón y en el que se introducen nuevos nombres parra designar montañas y otros parajes de la geografía aragonesa.
Aseguran que en el listado se cometen errores mezclando nombres franceses, inventando denominaciones o incluso duplicando accidentes geográficos. La entidad considera que estos fallos se deben a que no se ha consultado a la comisión asesora, algo a lo que además el Gobierno de Aragón está obligado por la ley vigente de información geográfica de la comunidad. El órgano consultivo desarrolló “un intenso trabajo” entre el periodo que va del 2016 al 2023 “reuniéndose en treinta ocasiones” y revisando para su actualización y defensa patrimonial “miles de topónimos”.
En este momento, la presidenta de la fundación Benito Coll, Chulia Ara, lamenta que no se tenga en cuenta a ese órgano y que haya salido publicado un listado “con muchos errores” en el que incluso se desprecian denominaciones que ya fueron objeto de estudio y de debate.
Entre los ejemplos del mal uso que han identificado está la inclusión de “nombres inventados” como el de pico Bonneco, que según la fundación “no existe”, al igual que pasa con el pico Matamujeres o la Raspa de la Plana. “No se corresponden con ningún patronímico conocido ni con ninguna posible etimología local“, argumentan.
También lamentan “la aceptación de patronímicos franceses para cumbres fronterizas que ya tienen un nombre aragonés”, algo que sucede en el caso del Demeure Lagarat, que se conoce en la comunidad como La Forqueta.
Otros de los errores detectados tienen que ver con “transcripciones que deforman completamente la esencia de un nombre”. Esto sucede en el caso de un pico Olibón que supuestamente se corresponde con el pico l’Ibón. En este sentido lamentan que al actual Gobierno de Aragón “se le hace bola” cualquier aspecto relacionado con la difusión del aragonés y las cuestiones lingüísticas.
Sobre este aspecto, en el nuevo nomenclátor geográfico figura la castellanización del Chinebral de Gamueta conviertiendolo en el Ginebral de Gamueta y se transforma San Veturián en San Victoriano, un nombre que no se ha usado nunca en el Sobrarbe. La inconsistencia lingüística aparece reflejada en la duplicidad de nombres, apareciendo por un lado las Agujas de Posets y Agulles de Posets como si fueran dos entidades diferenciadas.
Igualmente alertan que bajo el epígrafe Picos 2.000 aparecen aristas, brechas, collados, miradores, y otro tipo de accidentes geográficos que no son “picos” propiamente dicho, algo que consideran otra muestra más de la falta de rigor.
La reivindicación de la validez de la Comisión Asesora de Toponimia de Aragón se debe a que el personal del Instituto Geográfico de Aragón (IGEAR) “cuenta con personal limitado y las cuestiones toponímicas requieren conocimientos específicos de filología y del territorio más allá de las ciencias geográficas y cartográficas”. Por eso consideran que sus decisiones se ven enriquecidas con la existencia de un órgano consultivo adecuado.