Jordi Palmer
Foto: G.V.
Barcelona. Dilluns, 16 d’octubre de 2017
1 minut
En una de les carreteres que uneixen Catalunya i Aragó ha aparegut aquest cap de setmana una pintada que, en forma de tisora, dibuixa una frontera entre els dos territoris. En concret, la pintada ha aparegut al mig del pont sobre el riu Algars, en la carretera que uneix Arnes, a la Terra Alta, amb Vall-de-roures, al Matarranya.
La pintada, vista des de la part catalana / Foto: G.V.
La pintada, des de la Franja de Ponent / Foto: G.V.
Amb tot, de moment no queda clara l’autoria de la pintada que marca el límit entre els dos territoris, és a dir, si s’hauria fet des de la part catalana o de l’aragonesa i per tant no se sap qui reclama exactament la separació en aquest punt.
Dues comarques catalanoparlants
A més, cal tenir en compte que tant la Terra Alta com el Matarranya són dues comarques catalanoparlants, la primera dins de les Terres de l’Ebre i la segona dins de la Franja de Ponent, i que a més de compartir llengua, els contactes són molt habituals i constants.
Caja Rural de Teruel ha recibido siete millones y 200 nuevas cartillas de clientes catalanes
Familiares, económicos, sociales, tradicionales, sentimentales, medioambientales, lingüísticos…son muchos los lazos que unen al Bajo Aragón Histórico con Cataluña, especialmente en el caso de las comarcas limítrofes del Matarraña y el Bajo Aragón Caspe. Por ello, la posible independencia de Cataluña y todos los problemas derivados de este proceso no son ajenos en el territorio. Preocupa especialmente la posible incidencia económica aunque por el momento, agentes políticos y sociales coinciden en asegurar que el clima es de «tranquilidad» más allá de que el «procés catalán» se haya convertido en uno de los principales temas de conversación.
Caja Rural de Teruel cifra en torno a los siete millones de euros el dinero de clientes catalanes que han abierto cuentas, unas 200, en los últimos días en las oficinas de la entidad limítrofes con Cataluña y en la propia provincia de Tarragona (tiene sedes en Batea y Gandesa). Así lo explicó su director general, José Antonio Pérez Cebrián, el martes en una rueda en Teruel en la que presentaba un convenio con Dinópolis, a preguntas de los periodistas sobre si habían notado el efecto del conflicto en Cataluña. «El dinero siempre lo hemos dicho, pero es muy cobarde. Nos sorprende que incluso muchos independentistas han cambiado su cuenta», dijo Pérez Cebrián. El director general también afirmó que existe «preocupación» entre los ciudadanos, lo que se hace patente en las colas que han tenido en las oficinas de Gandesa y Batea, «preguntando con inquietud».
También se ha notado afluencia en el Matarraña. El martes la oficina de Beceite no pudo abrir ante la gran afluencia de clientes que tuvo durante todo el día la matriz de Valderrobres, donde se acercaron muchos catalanes. «Últimamente ha habido más movimiento en las entidades bancarias de Calaceite, tanto Caja Rural como el Santander e Ibercaja. De hecho, ésta última solo tiene un trabajador y tenía que derivar clientes a Valderrobres porque no daba abasto», explica el primer edil calaceitano, José María Salsench. Además del movimiento de cuentas bancarias, la incertidumbre por lo que pueda ocurrir habría llevado incluso a que varios pensionistas cambiasen la domiciliación de su pensión por temor a lo que pueda ocurrir.
La fuga de empresas de Cataluña tras el referéndum tampoco ha tenido incidencia en el territorio aunque en últimos días más de medio centenar de pymes han realizado consultas en la Cámara de Zaragoza sobre las posibilidades de trasladarse a Aragón. Sin embargo, la patronal turolense no ha recibido peticioenes concretas de empresas que quieran cambiar su sede social a la provincia. Así lo confirma el presidente de CEOE Teruel, Carlos Torre, quien opina que la situación se encuentra en «stand-by» a la espera de los acontecimientos. La única excepción por el momento es Fayón, donde ha trasladado su sede social una empresa agrícola de Lleida. Un cambio que garantiza a las sociedades seguir bajo el régimen jurídico español en una hipotética independencia aunque ello no implica necesariamente el cambio físico de la empresa ni que vaya a dejar de pagar impuestos en Cataluña.
El Ayuntamiento fayonense también ha recibido alrededor de una veintena de consultas de catalanes que querían conocer los trámites para empadronarse en la localidad según apunta su alcalde, Roberto Cabistany. En Torre del Compte también han sumado un nuevo empadronamiento y otra persona acudió a informarse. «Tienen miedo a que haya cambios sanitarios y problemas para cambiar su pensión», apunta su alcaldesa, Lola Lleonart.
Sin efectos en la hostelería
Pese al movimiento entrante de capitales bancarios los comerciantes de ambos lados siguen con expectación la situación. Tanto en el Matarraña como en la Terra Alta empresarios y comerciantes coinciden en que hasta el momento no han notado ningún cambio más allá de clientes que rechazan los productos catalanes, una situación que la mayoría aún califica de «anecdótica». «Hoy (por el miércoles) dos personas me han rechazado materiales procedentes de Cataluña pese a ser más baratos que los que han comprado», explica un empresario de Valderrobres. No obstante, en el Matarraña el panorama se ve con algo más de pesimismo que en la comarca vecina. «A nivel particular no creemos que pueda haber diferencias con nuestros clientes catalanes si la situación cambia, pero sí que nos preocupa que fuese más difícil trabajar para las administraciones», comenta Ramón Curto, gerente de la valderrobrense Áridos Curto.
También en las localidades por las que discurre la N-420 se vive con preocupación la situación. En Valdeltormo temen que puedan tener menores ventas especialmente de turistas catalanes que transitan por la localidad. «Aquí el porcentaje más alto de clientes particulares que tenemos procede de Cataluña», explica Teresa Joven de Proecmat. Con similar incertidumbre se manifiesta Yolanda Celma de Carnicería Celma: «No sabemos qué es lo que va a pasar». Por su parte en Calaceite afirman no notar, por el momento, ningún cambio. «Tenemos muchas ventas en Cataluña y no ha habido ningún problema», explican Juan Lacarta y Miquel Selva de la Cooperativa de Aceites del Matarraña.
A su vez, los hosteleros reconocen que una mala coyuntura política o económica podría afectar negativamente aunque de momento no está siendo así. Lo certifican tanto desde la Asociación de Empresarios del Matarraña como de la Asociación de Alojamientos Rurales (Faratur). Desde esta última insisten en que no se ha notado un cambio de tendencia ni anulaciones en el punte del Pilar aunque era complicado porque las reservas se hicieron con mucha antelación. «Esperamos que se pongan de acuerdo porque nosotros vivimos en gran medida del visitante catalán», explica Ana Pilar Niella de Bar la Cantonada. Por su parte, en Beceite ven con preocupación que pueda bajar el nivel adquisitivo de la región vecina. «El turista catalán sigue siendo mayoritario aquí así que esperamos que todo esto no nos afecte negativamente», apunta Alberto Tejedor de Bar las Eras de Beceite.
Con similar expectación y con algo menos de pesimismo se vive la situación en localidades de la Terra Alta como Horta de Sant Joan donde, a pesar de la situación, confían en que ocurra lo que ocurra las relaciones con Aragón no se alteren. «Aquí tenemos muchos turistas de Aragón y Valencia además del resto de Cataluña y no creemos que vaya a cambiar nada; además cada día vienen más extranjeros», precisa Benjamín Borrás del Bar la Bassa. A pocos kilómetros, en Arnes, confían de igual modo en que la crisis política no afecte. «Por ahora no estamos teniendo ningún problema», explica Mª Cinta Julbe quien regenta una casa rural y un supermercado.
Distintas banderas
La simbología sin embargo sí que es otro de los aspectos que cambia a escasos cientos de metros dependiendo de la orilla del río Algars en el que uno se encuentre. A pesar de que ni el Matarraña ni la Terra Alta se han caracterizado nunca por exaltaciones simbólicas de ningún tipo, lo cierto es que durante los últimos días han aparecido, discretamente, varias banderas de España por la comarca o incluso en la misma señal que informa de la entrada a Aragón. En cambio, en la Terra Alta la bandera española está ausente de la mayoría de los balcones de las casas consistoriales. De igual modo pueden verse, de forma discreta, algunas esteladas en domicilios particulares, muy lejos de otras comarcas catalanas en donde las banderas secesionistas se exhiben en rotondas y farolas de dominio público.
Otro aspecto que destaca es que pese a compartir lengua, cultura, singularidades, tradiciones, clima y en muchos casos, problemáticas similares como la despoblación, o el hecho de estar lejos de cualquier centro urbano de poder, otro mientras en el Matarraña las dos fuerzas más votadas en las últimas elecciones generales de 2016 son el PP y el PSOE, en el caso de la Terra Alta cambia. Exceptuando Caseres, Batea, y Corbera d’Ebre, donde el PP se situó como fuerza más votada, en las nueve restantes localidades tanto populares como socialistas quedan relegados a terceros y cuartos puestos por detrás del PdCat (antigua Convergencia) y ERC, destacando la localidad de Arnes, a tan solo dos kilómetros del límite con Aragón, en donde las fuerzas independentistas arrasan.
En el apartado político, la única formación del territorio que se ha manifestado públicamente es el PSOE del Matarraña, que ha pedido diálogo y entendimiento. La formación hizo público el lunes un Manifiesto por el Diálogo y la Democracia entre Cataluña y el resto de España. Se trata de un documento con el cual los socialistas mostraron su «preocupación» por la situación y acontecimientos recientes. El documento, redactado en castellano y catalán, recoge varios puntos en los que se insta a crear un clima de entendimiento y diálogo constructivo entre todas las partes, aludiendo a los más de 800 años de historia
en común entre Aragón y Cataluña. El manifiesto se dirige expresamente además a las comarcas vecinas haciendo hincapié en sus lazos de unión y capacidad política para negociar desde las instituciones evitando que un problema que debiera ser político se transforme en fractura social.
Tres pueblos de Teruel, 15 de Castellón y nueve de Tarragona forman la Taula del Sénia. La frontera parte un territorio cuyos habitantes tienen más en común entre sí que con sus respectivas -y lejanas- capitales.
Ante el procés, preocupación contenida. “Temo que si Catalunya sale del Estado, la lengua propia quedará más desprotegida”, explica el concejal de un pueblo catalanohablante de Aragón.
Pont del Olivar sobre el río Cenia. Imagen cedida por la mancomunidad de la Taula del Sénia.
Hace décadas, era una práctica habitual que cuando una familia necesitaba más espacio compraba una habitación de la vivienda vecina. Por eso en muchos pueblos existen casas entrecruzadas, de forma que no se puede derribar una de ellas sin afectar a las demás. Algo parecido sucede en la frontera entre Aragón, Catalunya y la Comunidad Valenciana. Un territorio homogéneo en características, problemas, paisaje y lengua que ahora asiste con una mezcla de preocupación y flema a la posible independencia de una de las partes que lo integran.
Muestra de estos intereses compartidos es la Taula del Sénia. Una mancomunidad que agrupa a 27 municipios de las provincias de Tarragona, Castellón y Teruel. Toma su nombre del río Sénia, cuyo curso es la frontera natural entre la parte catalana y la valenciana. El ente nació en 2003, “aunque siempre ha habido mucha relación entre la gente de los dos lados”, explica su propia página web.
El “tránsito amable”
La lengua es una de las herencias de esta historia en común. En la zona se habla una variedad del catalán que ejerce de “tránsito amable” entre la que se habla en Catalunya y la que predomina en la Comunidad Valenciana, según Miquel Àngel Pradilla, profesor de Filología de la Universidad Rovira i Virgili. Se trata de la variedad tortosina, que se extiende a su vez a lo largo del territorio de la institución religiosa que engloba a los diferentes municipios de la zona: la Diócesis de Tortosa.
Según Pradilla, la existencia de esta variedad lingüística y una diócesis común a todos los pueblos a una orilla y otra del río son el testimonio de los lazos milenarios que han unido a ambas riberas. El filólogo explica que “los romanos establecieron las diócesis apoyándose en las etnias íberas, en este caso la antigua Ilercadonia”. Esto “condicionó el territorio a efectos de sustrato linguístico”.
Que el habla de los habitantes en torno al Sénia haya evolucionado de una forma parecida es “una consecuencia clara de que históricamente ha habido una vida en común entre estas tres zonas que ha acabado homogeneizando una variedad lingüística”, argumenta.
La homogeneidad del territorio se debilitó con la llegada de la democracia, explica Pradilla, debido a que se dividió en tres comunidades autónomas y se produjo una “sectorización de los servicios”. La consecuencia es que a partir de entonces, los habitantes de la zona tienen que desplazarse a centros urbanos más grandes de sus respectivas comunidades autónomas para ir al médico, al instituto o a trámites administrativos. Ya no a ciudades del otro lado del río, más cercanas pero que quedaron en otra demarcación administrativa.
Cerca del río, lejos de la capital
Esto no ocultó que todos estos pueblos siguieron teniendo problemas en común, en especial la emigración, el envejecimiento de la población y la falta de infraestructuras. La causa se comparte a uno y otro lado del río: la lejanía respecto a las capitales autonómicas, que provoca un sentimiento de discriminación. “Vemos el hecho de ser frontera como una riqueza, pero a nivel administrativo sí que es un problema porque estamos lejos de los respectivos centros de poder”, explica el socialista Rhamsés Ripollés, alcalde de Morella (Castellón).
Con el objetivo de unir fuerzas y llamar la atención sobre estos problemas compartidos, se creó en 2003 la Taula del Sénia. Desde entonces, 27 alcaldesas y alcaldes de los pueblos que la componen se reúnen periódicamente. Pertenecen a partidos de ideologías opuestas: PP, PSOE, la antigua CIU, Esquerra Republicana de Catalunya, Partido Aragonesista, Tots i Totes som Vinaròs (una marca asociada a Podemos), independientes y Compromís. Pero ahí se habla de todo menos de partidos políticos.
Se trata de construir “un espacio para hacer proyectos que sería muy difícil llevar adelante por parte de un solo pueblo”, explica la gerente de la mancomunidad, Teresa Adell. Rubén Lombarte, concejal socialista de Penyarroya de Tastavins (Teruel), afirma que “si de alguna cosa me puedo sentir más orgulloso es de representar a mi pueblo en la Taula del Senia. Sempre se han apartado las siglas. Y hemos ido a por inquietudes y necesidades comunes”.
Olivos milenarios
Olivo milenario llamado de las cuatro patas, en Canet lo Roig (Castellón). Imagen cedida por la mancomunidad de la Taula del Sénia.
En un territorio esencialmente rural, las iniciativas más exitosas de la Taula se han centrado en el turismo. El proyecto más conocido, que ha salido adelante gracias a la captación de fondos europeos por parte de la mancomunidad, es el de crear rutas, un museo, un itinerario turístico y un trabajo de catalogación en torno a los olivos milenarios que salpican el territorio. A su vez, este proyecto dio lugar a una asociación que engloba a los productores de aceite de estos árboles, que están comercializando su producto bajo una marca común: Aceite Farga Milenaria.
Además, hay fondos para la reindustrialización, talleres de empleo y construcción y mejora de rutas de senderismo. “Había problemas para señalizar los caminos por las diferencias administrativas, y ahora con la mancomunidad se ha podido hacer”, explica Ripollés. Esto, la capacidad para poner de acuerdo a las tres administraciones autonómicas para hacer cosas en común -por ejemplo, un convenio para que los respectivos servicios públicos de empleo colaboren entre sí- es otro de los grandes logros de la Taula, según el alcalde de Morella.
La independencia en el horizonte
En este ambiente de colaboración, todos prefieren pasar de puntillas sobre el proceso de independencia de Catalunya. No hay un plan B preparado para aplicarse en el caso de que el río Sénia se convierta en una frontera entre dos estados. “Cada alcalde tiene su opinión, pero como mancomunidad no nos hemos reunido para hablarlo. No hay una postura común. En la Taula del Sénia lo que queremos es seguir trabajando”, explica la gerente, Teresa Adell.
Todos los alcaldes entrevistados coinciden en que es un tema del que no se habla. “Ni se ha comentado, ni se trata ese tema. Trabajamos en lo que nos une”, explica David Gil (PP), alcalde de La Pobla de Benifassà (Castellón). “No se aborda esto nunca, más que en tono de broma. Se habla solo de territorio”, explica Ramón Muñoz, de la antigua CiU, munícipe de La Galera (Tarragona).
Hubo, sin embargo, un episodio conflictivo en relación con este asunto. Tuvo lugar en 2013, cuando, según el diario Mediterráneo, el entonces alcalde de Benicarló (Castellón), Marcelino Domingo, anunció que dejaba la presidencia de la Taula del Sénia. Adell reconoce que el edil se sintió molesto por las declaraciones favorables a la independencia de algunos alcaldes de la parte catalana. Pero detalla que estas opiniones no se habían vertido en el seno de la mancomunidad “y tanto Benicarló como Domingo siguieron formando parte” del ente.
“No afectará”
A pesar de que se esfuerzan en desligarlo escrupulosamente de su función en la Taula del Sénia, los alcaldes entrevistados sí acceden a explicar su postura personal respecto al asunto. Y sus declaraciones ofrecen un paisaje de ligera preocupación que se combina con una gran seguridad en que, en cualquier caso, nada podrá romper las relaciones entre los pueblos.
Celebración en Morella (Castellón) del décimo aniversario de la creación de la mancomunidad de la Taula del Sénia. Imagen cedida por la Taula del Sénia.
El castellonense David Gil, por ejemplo, cree que la independencia “no irá hacia adelante”. El tarraconense Muñoz considera que, si lo hiciera, “no afectará. Aunque fuera un país diferente, seguiría siendo lo mismo. Buscaríamos una solución”. El ambiente social no se ha visto alterado, de momento, según el también castellonense Ripollés, que piensa que hay que “cultivar la convivencia y la cooperación. A veces se nos ha intentado enfrentar con el trasvase del Ebro, con la lengua… Y eso aquí en el territorio no cala ni podemos permitir que lo haga”.
Por su parte, el aragonés Lombarte explica que no está preocupado porque “aquí tenemos una relación con los otros pueblos que no romperíamos por nada del mundo”. No obstante, entiende que “haya gente que sí lo esté porque se podrían romper cosas importantes, como relaciones económicas, familiares…”. El concejal pone como ejemplo la lengua. En su municipio, Peñarroya de Tastavins, y en los otros dos núcleos aragoneses que forman parte de la Taula, se habla el catalán. “Aquí hay mucho autoodio a la lengua propia, y tengo miedo de que pudiera quedar desprotegida si Catalunya sale del Estado”.
Prefijo de Tarragona, número de Castellón
Más allá de sus diferencias de opinión, todos coinciden en los lazos que los unen.“El río no hace de frontera, hace de unión. Las montañas y el río son más de acercamiento que de separación”, explica Gil. “Nos unen la lengua y la cultura, las fronteras son ficticias. Y cada uno se siente en su casa en las tres provincias”, afirma Muñoz.
Los ejemplos de interrelación son incontables. Agricultores con tierras en uno y otro lado del río, relata Adell. Niños que van al instituto en la comunidad autónoma vecina, apunta Pradilla. Familias con miembros emigrados al otro lado, ilustra Ripollés.
En la comarca, ni siquiera los cables telefónicos parecen tener muy claras las fronteras. Para llamar a Herbés (Castellón), hay que marcar el prefijo de Teruel. Para hablar con la Pobla de Benifassà, también en el lado valenciano, los primeros tres números son el 977 de Tarragona. “Era más cómodo traer la línea de allí, por las montañas”, explica Gil. Una de las muchas metáforas de la vida en común de este entrelazado paisaje sentimental.
Primer de tot, per dignitat, per la meua llibertat individual, m’hagués agradat adherir-me al Manifest de “personalitats” de la Franja en suport al referèndum que vaig veure publicat al Vilaweb el divendres 29 de setembre. Si en el seu moment no ho vaig fer és perquè ningú m’ho va comunicar. No voldria considerar-me “personalitat de la Franja” pel fet d’haver publicat algun poemari però per haver-los escrit em prenc el dret a la paraula i m’hi afegeixo, aquí i ara. Puc decidir d’incloure’m al costat dels reprimits el passat 1-O i així ho faig. I no només això sinó que em vull dirigir amb sentiment d’amistat, amb afecte, amb solidaritat amb Catalunya pels fets ocorreguts el passat 1-O per desitjos de democràcia i anhels de llibertat.
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage caption Barcelona, la capital de Cataluña, es la ciudad más famosa en la que se habla catalán. Pero el idioma se extiende mucho más allá de las fronteras de esta región autónoma.
El catalán es la lengua propia de Cataluña. Pero no solo lo es de este territorio.
Para muchos catalanes este idioma de origen románico, es decir, derivado del latín, como el castellano, el portugués, el francés o el italiano, es su lengua -materna o no- de uso cotidiano y una de sus principales señas de identidad.
Sin embargo, el ámbito lingüístico del catalán no coincide con los límites de esta comunidad autónoma española.
En torno a un tercio de sus aproximadamente 10 millones de hablantes se encuentran fuera de Cataluña, repartidos por regiones y países con realidades políticas y sociolingüísticas muy diversas.
En los últimos días, Cataluña se encuentra sumida en una profunda crisis política tras la controvertida consulta sobre su independencia celebrada el pasado 1 de octubre, considerada ilegal por el gobierno español y suspendida por el Tribunal Constitucional.
Este martes, el presidente catalán, Carles Puigdemont, le dijo a la BBC que su gobierno declarará la independencia unilateral de Cataluña en los próximos días.
En este contexto, BBC Mundo explica en qué lugares se habla el catalán, cuál es su situación en cada uno de ellos y qué repercusiones puede tener la situación catalana en esta lengua.
Image caption La mayoría de quienes hablan catalán viven en Cataluña, pero millones lo hablan en otras partes también.
No solo en Cataluña
Además de en Cataluña, esta lengua se ha hablado históricamente en las Islas Baleares, en buena parte de la Comunidad Valenciana (donde oficialmente recibe la denominación de valenciano y es percibida por parte de la población como una lengua diferente) y en la Franja de Aragón, limítrofe con Cataluña.
También existen algunos hablantes en una zona de la Región de Murcia -al sur de Valencia- conocida como El Carche.
Fuera de España, el catalán se habla en el Principado de Andorra, en parte del departamento francés de los Pirineos Orientales -un área también conocida como Cataluña Norte- y en la ciudad de Alguer (Alghero en italiano), situada en la isla italiana de Cerdeña, que fue repoblada con catalanohablantes en el siglo XIV.
“En conjunto son entre 5-6 millones de hablantes nativos y, sumados a los hablantes como segunda lengua, unos 10-11 millones”, le dice a BBC Mundo F. Xavier Vila, profesor de Filología Catalana de la Universidad de Barcelona.
“La inmensa mayoría están en Cataluña, con unos siete millones, en Valencia, con unos dos, y en Baleares, con aproximadamente medio millón. En Aragón son unos 50.000, también 50.000 en Andorra y entre 50 y 100.000 en Francia. En Alguer hay unas 15.000 personas que dicen saber hablarlo”, agrega.
Una lengua de “demografía mediana”
Históricamente, la extensión de la lengua catalana fue de la mano de la expansión de los dominios de la Corona de Aragón, especialmente en los siglos XIII y XIV, tanto en la Península Ibérica, como en el Mediterráneo.
Derechos de autor de la imageniStockImage caption La lengua catalana se fue expandiendo de la mano de la Corona de Aragón.
“El germen del catalán se produjo en la parte norte, en el Pirineo. A través de la repoblación con población cristiana de zonas más al sur, ese germen fue difundiéndose y configuró un territorio en el que se hablaba y se continúa hablando esta variante del latín”, le dice a BBC Mundo el sociolingüista Natxo Sorolla.
En la actualidad, el catalán es lo que los lingüistas denominan una “lengua de demografía mediana”.
Esto significa que no es una de las “grandes lenguas” del mundo por número de hablantes, como el inglés, el mandarín o el castellano, pero que tampoco encaja en la definición de “lengua minoritaria”.
“Si hay alrededor de 7.000 lenguas en todo el mundo, el catalán se situaría de las primeras en la posición ciento y pico“, indica Sorolla.
“Si lo comparamos con las lenguas europeas, el catalán es la lengua con mayor número de hablantes de las que no tienen reconocimiento oficial en la Unión Europea. Hay otras lenguas que sí lo tienen, el croata, por ejemplo, con muchos menos hablantes que el catalán”, explica el profesor de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.
Estatus legal diverso
El reconocimiento oficial de la lengua también varía sustancialmente entre los diferentes lugares donde se habla históricamente.
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage caption El catalán también se habla en las Islas Baleares, famosas por sus paradisíacos destinos turísticos, como Ibiza.
Mientras que en Andorra es el único idioma oficial y en Cataluña, Baleares y Valencia (con la denominación de valenciano) está reconocida como lengua propia y cooficial, en el resto de territorios, el catalán no tiene estatus de oficialidad.
“En la Cataluña Norte tiene algún reconocimiento, a veces municipal, y está recogida por la constitución francesa como patrimonio cultural y en Italia existe la ley de protección de las minorías lingüísticas, que menciona explícitamente al catalán y le da una cierta cobertura”, aclara el profesor Vila.
De este marco legal depende en gran medida el grado de protección y promoción oficial que se haga del catalán, por ejemplo, a nivel educativo.
También influye -aunque no es el único factor- en su vitalidad, que se mide en función de parámetros como su uso social, su presencia en los medios de comunicación y en la educación, en la producción cultural o en su transmisión (o no) entre padres e hijos.
En este sentido, de acuerdo con los expertos consultados, Cataluña y Andorra son los territorios, seguidos de Baleares y Valencia, donde la lengua presenta mayor “vitalidad”.
A continuación se situaría la zona de Aragón de habla catalana.
“A la cola nos encontraríamos la situación sociolingüística de la Cataluña Norte o del Alguer, que serían los dos territorios donde en el último siglo se empezó una situación de sustitución de la lengua. En este sentido vemos que en los años 50-60 incluso 40, se empezó a romper la transmisión intergeneracional. Actualmente lo que tenemos es una posición de la lengua bastante residual a nivel de uso”, apunta Sorolla.
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage caption Los nacionalistas catalanes se refieren a los lugares donde se habla este idioma como los Países Catalanes.
Lengua y política
Desde algunos sectores del nacionalismo catalán se refieren a este ámbito lingüístico como “Països Catalans” (Países Catalanes), un concepto político que aspira a la independencia de estos territorios que -según sus partidarios- compartirían, no solo la lengua, sino también la identidad nacional catalana.
“Esta idea, desde un punto de vista político, tiene escaso apoyo en Cataluña. Hoy en día, el término lo utiliza algún partido de izquierda anticapitalista que aspira a la independencia de todo ese territorio, pero mayoritariamente, por lo que se ha visto, el proceso de independencia actual es solo de Cataluña (…). Otra cosa es que en términos culturales exista un mercado compartido”, afirma Vila.
Para Natxo Sorolla, desde el punto de vista político, la idea de Països Catalans es un concepto “que siempre fue muy criticado y debatido”.
“La relación entre lengua y política desde la sociolingüística sabemos que no es clara: lengua e identidad están entrelazadas pero no son lo mismo. Por ejemplo, en Aragón tenemos un territorio en el que se habla catalán donde la lengua tiene una presencia muy importante, pero al mismo tiempo la identidad es aragonesa y española en la mayoría de la población. Por otro lado, tenemos territorios en la Cataluña Norte donde la lengua tiene una vitalidad mucho menor pero la catalanidad es importante”, agrega Sorolla.
Derechos de autor de la imagenGetty ImagesImage caption ¿Qué impacto tendría sobre el idioma si Cataluña fuera independiente?
Ante la pregunta de si una posible independencia de Cataluña tendría repercusiones en la lengua catalana dentro y fuera de ese territorio, los expertos consultados coinciden en responder afirmativamente.
Sobre el cómo se manifestarían esas consecuencias se abren varias posibilidades, algunas aparentemente contradictorias.
Vila sugiere que en un escenario hipotético de independencia, el catalán podría funcionar como primera lengua de Cataluña, mientras que el castellano tendría un carácter cooficial.
“Esto activaría el valor del catalán como lengua de ascenso social en Cataluña. Y en el resto de territorios veo dos dinámicas simultáneas, pero es difícil saber cuál sería más importante si llegarán a producirse. Por un lado se podría dar un aumento de la visibilidad y de la cotización de la lengua”, apunta el profesor.
“Por otro lado se podría producir el efecto contrario: si se produjera la independencia de Cataluña, se podría dar una intensificación del nacionalismo lingüístico español. Y esto te puede pasar en la misma familia: que unos analizaran la situación en términos más emotivos y otros más económicos y que las decisiones después fueran diferentes”, aventura.
MANIFEST DEL PSOE MATARRANYA PEL DIÀLEG I LA DEMOCRACIA A CATALUNYA Y ESPANYA MANIFIESTO DEL PSOE MATARRAÑA POR EL DIÁLOGO Y LA DEMOCRACIA EN CATALUÑA Y ESPAÑA Els pobles del Matarranya, per la seva situació de confluència, porten més de 800 anys compartint cultura, tradicions, llengua i relacions socials i comercials amb els nostres germans catalans i valencians. Històricament, sempre hem format part dels mateixos estats, ja sigue a la Corona d’Aragó o al Regne d’Espanya, i sempre amb una relació de respecte cap a les nostres pròpies singularitats administratives territorials. Amb les comarques veïnes de la Terra Alta, el Baix Ebre i Montsià de Catalunya i la Comarca Els Ports de València, a més a més de compartir molts trets culturals, relacions socials, econòmiques i institucionals, s’han dut a terme projectes comuns com la Taula del Sénia, la Reserva Nacional de Caça o l’Associació Tres Territoris, on confluïxen necessitats i inquietuds comunes per damunt de la pertinença a un o altre territori; creant així puestos comuns i punts de trobada on dialogar, acordar, fomentar i incentivar projectes compartits que són importants per a les nostres societats. Ens hem comunicat i entès amb la mateixa llengua i hem arribat a llançar projectes compartits com a ciutadans d’un mateix territori. Com a representants del PSOE a la Comarca del Matarranya (Aragó) volem mostrar la nostra preocupació per la situació i esdeveniments recents que s’estan produint a Catalunya i a tot l’estat espanyol. Condemnem rotundament l’ús de qualsevol tipus de violència. No és la solució. Condemnem l’escalada d’insults i improperis que els representants i líders de partits i institucions s’estan dirigint uns als altres. No ajuden gens a mantenir la convivència entre les nostres societats i estan convertint un conflicte que hauria de ser estrictament polític en social. Catalunya i els catalans són imprescindibles per a Espanya, Aragó i per al Matarranya i també al revés. Ací no sobre ningú. Tots som necessaris per seguir endavant i per això, és fonamental promoure un debat profund que permeti reconèixer la realitat plurinacional espanyola. Demanem encaridament diàleg polític, perquè tant el Govern d’Espanya com el de la Generalitat de Catalunya detinguin l’escalada de confrontació actual i es sentin en una taula de diàleg no excloent. I sobretot, demanem capacitat política per negociar des de les institucions per evitar que un problema que hauria de ser polític es transformi en fractura social.
No vull passar per ser un presumptuós, però em sembla que els qui m’heu llegit ja em coneixeu i sabeu com respiro. I, tanmateix, vull deixar constància de la meua adhesió al Procés per la Independència de Catalunya i al Referèndum de l’1 d’octubre que hi ha convocat.
Quan em decideixo a escriure aquest article falten 15 dies per a l’1-O. El que passarà és d’una importància cabdal per a Catalunya, és clar, i per a Espanya, no cal dir, i també ho serà per a la Franja. Això ja ho he escrit més d’un camí, però hi torno. Abans de continuar, deixeu-me recordar les coses esdevingudes els últims dies. Quan acabo l’article, ja som a 26 de setembre, dos dies després de l’acte de Saragossa on càrrecs electes de partits convocats per Podemos es van quedar assetjats en el local per centenars de persones, sense poder-ne eixir en no tenir la protecció de la policia perquè no se’n disposava a Saragossa; tota la tropa, diuen «ells mateixos», és a Catalunya a tancar webs, buscar paperetes i urnes i a fer estada en vaixells al ports de Barcelona i Tarragona… Fantàstic! Continuar llegint… Ho havia de dir » Temps de Franja