La Toscana española está en Teruel | Vogue

Más en concreto en la idílica comarca del Matarraña. Te descubrimos los mejores sitios de este paraíso ‘slow’ antes de que todo el mundo lo conozca

Origen: La Toscana española está en Teruel | Vogue

© Cortesía de la Torre del Visco

Vistas de la Torre del Visco.

La Toscana española está en Teruel

Más en concreto en la idílica comarca del Matarraña. Te descubrimos los mejores sitios de este paraíso ‘slow’ antes de que todo el mundo lo conozca

Verónica Román @vero_roman Había oído hablar de El Matarraña, pero reconozco que nunca habría ido si no es porque una de mis mejores amigas se enamoró completamente del sitio –y de un chico– y se ha ido a vivir allí. La cosa es que nos invitó a pasar un fin de semana para que comprobáramos que con las hipérboles que utilizaba al describir la zona no exageraba nada. Y así fue, al llegar lo entendimos todo: ¡esta zona casi desconocida del Bajo Aragón es un paraíso! Si el Alentejo, en Portugal, ha sido el hype de los últimos años, no sería de extrañar que en nada todos vayamos en masa a disfrutar de esta zona que recuerda y mucho a la Toscana española. Sigue leyendo y sabrás por qué.

La cultura slow lo envuelve todo

La Toscana espanola está en Teruel

© Cortesía de Hotel Consolación

Hotel Consolación, en Fuentespalda.

Muy cerca del mediterráneo, en esa zona fronteriza entre Cataluña, Aragón y Valencia, escondido entre el Maestrazgo, el Bajo Aragón y al sur de la provincia de Tarragona se encuentra Matarraña, uno de esos territorios “que recuerdan que para encontrar el edén no hay que irse al fin del mundo”, tal y como escribía el periodista Javier Mazorra. Hay tanto que ver, saborear y con lo que deleitarse que se necesita tiempo y, sobre todo, no tener prisa para disfrutar plenamente de su forma de vida y la excelencia de sus alojamientos.

Y es que uno de los mayores atractivos es la cantidad de hoteles singulares que pueblan la zona y se levantan en medio de la naturaleza, aunque “nunca están lejos de los preciosos pueblos de piedra levantados en la Edad Media pero donde el Barroco dejó una profunda huella entre el laberinto de sus coquetas callejuelas”, dice Mazorra.

Uno de los imperdibles es el Hotel Consolación, situado en Monroyo, y sus tres –sí, sólo tres– habitaciones, en forma de cubos minimalistas, desde donde se pueden contemplar las vistas de un bosque de pinos que parece infinito. La cuarta habitación ha sido sustituida por un cristal, un gran ventanal con terraza, orientado a poniente, marco de una vista en la que sólo entran montañas de perfil suave, forradas de pinos. Ni una construcción en el horizonte. Privacidad absoluta. No hay más propietario de las vistas que el afortunado cliente. Este aislamiento sería imposible en un hotel normal. Consolación, sin embargo, ha sido construído pensando en él. Una tranquilidad amable, divertida, inspirada en la arquitectura de Craig Ellwood, mezcla del racionalismo germánico de Mies van der Rohe y el juvenil informalismo del sur de California.

La Toscana espanola está en Teruel

© Cortesía de la Torre del Visco

La terraza de La Torre del Visco.

La Torre del Visco es otro de los place to be. Está situado sobre una masía del siglo XV, dentro del conjunto monumental de Fuentespalda, y solo se puede acceder a él a través de una pista de tierra en medio del bosque “y al salir de la última curva aparece como por encanto una visión difícil de olvidar, que atrapa como nos ocurrió a Piers y a mí”, explica su dueña, Jemma Markham, quién vino a España desde Gran Bretaña con su marido para trabajar como altos ejecutivos y al final lo dejaron todo al descubir esta zona de belleza sin límites.

Otra opción de alojamiento en el entorno es Mas del Bot, un hostal rural cuyas habitaciones han sido construidas con balas de paja. Sí, dormir con habitaciones de paja es posible (y fresquito). Está situado en Valderrobres, capital administrativa de Matarraña, que cuenta además con un precioso casco histórico medieval y un impresionante castilo del siglo XIV construido por los arzobispos de Zaragoza. Esta joya de la comarca está considerado uno de los pueblos más bonitos de España, vamos, que hay que visitarlo sí o sí.

Descenso de cañones, escalda, buitres y tardes en busca de dinosaurios

La Toscana espanola está en Teruel

© Jaume Boldú by @RuralCalaceite

El Parrizal.

Para conocer el río Matarraña en su esplendor hay que acercarse hasta Beceite, una de las localidades más bellas del Maestrazgo, rodeada de olivos y de las montañas del Sistema Ibérico, pero donde al mismo tiempo se respira la brisa del cercano Mediterráneo. Allí comienza una de las rutas más bonitas, y apta para toda las familia: El Parrizal, un paseo de una hora y media de duración (más regreso) sin especiales dificultades, salvadas por diversas pasarelas a lo largo del camino. Pozas, estrechos y cañones, la presencia de las espectaculares agujas llamadas Les Gubies… En definitiva, un paseo entre rocas y agua para sentirnos más pequeños inmersos en la naturaleza.

Para los amantes de la escalada, recomendamos ir hasta la localidad de Peñarroya de Tastavins, donde se encuentran las Rocas del Masmut, unas paredes verticales de más de 100 metros de altura. Aquí además existe una gran colonia de buitres leonados que utilizan las rocas para hacer sus nidos y te aseguramos que ver a estos animales relativamente cerca es algo impresionante.

¿Y si viajas con niños? Te recomendamos que te pongas el traje de Indiana Jones y vayas en busca de los restos del dinosaurio saurópodo más completo encontrado en España, el Tastavinosaurus (o lo que es lo mismo, que guardes una mañana para visitar el Dinópolis de Tastavins).

Otra actividad muy recomendable para disfrutar en familiar es visitar la Bioescuela de Fuentespalda. A priori no suena muy apetecible, pero te aseguramos que lo es. Allí, la familia Mayjal ha creado un pequeño rincón donde se pueden apreciar distintos métodos para cubrir las necesidades de la vida cotidiana. “Estos métodos son mas sencillos, naturales, económicos, divertidos, y no por ello menos eficaces. Cultivos hidropónicos, aeropónicos, acuapónicos (simbiosis con los peces), en cuevas, otras formas de cuidar a los animalitos y una filosofía general basada en el reciclaje de residuos y materiales nos han permitido realizar grandes bioconstrucciones, y elementos tecnológicos utilizando las energías alternativas”, explican ellos mismos. Una forma única y práctica de enseñar a los niños que menos es siempre mucho más.

Calaceite, capital cultural

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© Jaume Boldú by @RuralCalaceite

El poblado Ibérico de San Antonio.

Si quieres ahondar en las raíces históricas de Matarraña, no dejes de visitar Calaceite. Su conjunto urbano es uno de los mejores conservados, y en él se encuentra el poblado Ibérico de San Antonio, uno de los yacimientos arqueológicos más impresionantes de la zona. Empresas como Rural Calaceite, organizan la ruta Llercavonia: una experiencia inolvidable que incluye visitas guiadas por historiadores y arqueólogos especializados en la cultura Ibérica, cenas maridaje en entornos increíbles, a la luz de las velas y con los mejores vinos y aceites el territorio, talleres con artistas de la zona y alojamientos en casas rurales de origen medieval.

Otra excursión muy curiosa es la ruta de las cárceles, no existe un itinerario planificado para realizarla por lo que deberemos diseñar el nuestro dependiendo de los pueblos que deseemos visitar. Las más importantes del Matarraña por su importancia y su estado actual son las de Mazaleón, La Fresneda y Ráfales. La mayoría están ubicadas en la planta baja de los ayuntamientos ya que antiguamente era el alcalde el que imponía las condenas. Principalmente se utilizaron entre los siglos XVI y XIX, en el siglo XX cuando se cambió el sistema penitenciario estas cárceles quedaron en desuso. En algunas de las celdas aun se pueden ver dibujos y grabados realizados en las paredes por los presos que estuvieron allí encerrados.

Por cierto, no podemos dejar de mencionar la que es quizá la Plaza Mayor más bella de la comarca, la de La Fresneda, y un curioso convento reconvertido en hotel y restaurante llamado El Convent, que ahora admite huéspedes en sus silenciosas y místicas habitaciones.

Recuerdos con sabor

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© Cortesía de la Torre del Visco

Rincón del jardín.

Para terminar y dedicado a todos los que nos gusta llevarnos en la maleta todo tipo de alimentos típicos de la zona, aquí va un pequeño listado con lo mejor de lo mejor. Hazte con las Casquetas (pastas tradicionales), miel y almendras en Valderrobres. Busca tu aceite y vino preferidos en Calaceite. Prueba el delicioso queso de La Fresneda… Y, por supuesto, no te olvides del jamón de Teruel. ¡Buen viaje!

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