Article anticatalanista de Darío Vidal

Origen: Mal orache

Mal orache

Qué opinas de este orache? / Que una cosa u otra hará./ ¡No quiá Dios! Y Dios quiso que se pusiera a nevar despiadadamente. Aunque nunca nieva a gusto de todos, que vamos a hacerle. Pero el mágico manto impoluto parece contagiarnos de una pureza auroral e incontaminada. No solo es cosa de niños; también los mayores parecen tener un cierto humor de fiesta, de paréntesis y vacación, cuando el cielo se puebla de blancas claves de Fa. Lo hemos heredado tal vez de cuando la tierra nos desterraba de los campos con la terca contundencia de los meteoros.

 

-¡A retiro que llueve!

Sin embargo, aquel entorno humano no impedía moverse si se tenía la precaución de echarse una manta por los hombros mientras mayores y chicos se arrebujaban buscando el mutuo calor, componiendo una imagen como la de los indios “pies-negros” de los tebeos, aunque el carro brincara por las roderas y el canchal con la ilusión de que así se estaba más confortable. Ahora el coche y el tractor nos matan con la helada, pero eso sí, con más comodidad.

Mas cuando “recuece la hora” por la parte del mar, que nos abduce, nos trasiega y nos despuebla desde siglos, no sabemos ponernos a salvo si no es con el arma estéril del rencor, que es lo más fácil cuando sientes impotente que te roban la Historia, el patrimonio, los recursos, tu gente y tu vida. ¡Ay de los hombres de la costa y los que reniegan de su origen, como Carod Rovira y Durán i Lleida!. Porque Aragón ya no siente a los costeños como hermanos.

No es preciso recurrir a un “Síndic de greuges” para remontarse a pasados agravios, sobre todo desde el advenimiento de Jordi Pujol, que recorría oficialmente las colonias de “La Franja”: la deprimida “Catalunya Irredenta”. Los políticos catalanes no nos han dado ocasión para olvidar.

Desde Lluis Companys revistando “sus tropas” en la Lonja de Alcañiz, al editor de sus postales (“Alcanyiç, CATALUNYA”) o el escultor Marés “rescatando” piezas del Matarraña y el Maestrazgo para su Museo, o los camiones que partían del Aragón arruinado por la posguerra camino del “Museu d’Art Romanic de Catalunya”, como tiempo atrás los fondos del Archivo Histórico de la Corona de Aragón, y los documentos de “La Cruzada” que nos robó Cataluña con la complicidad de Zapatero y Ángeles González Sinde, y los bienes medievales que se llevaron hasta hace poco de las diócesis de Huesca y Barbastro al “Museu de Lleida”, o los tesoros del Monasterio de Síjena, ayer Panteón Real de Aragón, ilícitamente vendido por las monjas y que ahora se niegan a devolvernos despreciando el veredicto los tribunales canónicos y civiles.
Mal orache el del indómito Gregal, el aire griego solemne y severo de Aragón “el biello”.

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La Franja