Las lenguas remueven Aragón

Ninguna ley había movilizado tanto a la ciudadanía como la que normaliza, tras.30 años de espera, el uso del catalán y el aragonés en la comunidad autónoma.

07/12/2009 M. VALLÉS

Protesta Varios colectivos se manifestaron frente a las Cortes.
Foto:NURIA SOLER

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Pocas leyes logran movilizar tanto a la ciudadanía como la de lenguas que se están tramitando en estos momentos en las Cortes. En este caso no puede hablar de desinterés ni apatía. El debate en torno al catalán –sobre todo ese– es objeto de encendidas polémicas. Y como ocurre en tantas ocasiones, aquí no hay punto medio. O se está en contra o a favor.

El pasado jueves a las puertas de la Aljafería un grupo de ciudadanos protestaba contra la inclusión del término catalán en el ley de lenguas que se debate en sede parlamentaria durante los últimos días. La federación de asociaciones culturales del Aragón Oriental o la Plataforma No hablamos catalán estaban presentes en este acto. Banderas de las comunidad en ristre, denuncian “que el catalán se imponga y sea considerado lengua propia”. Mensaje claro al PSOE y su texto de proposición del ley. El principal argumento de estas agrupaciones: las supuestas ansias de anexión de los nacionalismos de la comunidad vecina. Además, claro está de considerar una “falsedad” que en Aragón se hable catalán.

Otras visiones

Unas consideraciones que chocan con la opinión de organizaciones como la Asociación Cultural Nogará, que reclama la cooficialidad del catalán y el aragonés. Lo mismo se piensa en la asociación cultural del Matarraña. Su presidente, José Miguel Gràcia califica de “timorato” el texto puesto sobre la mesa por el PSOE. Además, añade que es “innecesaria” la creación de una academia de catalán “porque ya existe una, no la pagan los aragoneses y no se pueden superar sus conocimientos de las variedades dialectales del catalán. Me siento avergonzado como aragonés”, dice.

Las opiniones son tan contrapuestas, que un documento de apenas unas páginas, puede ser calificado como “pancatalanista” y de “conservador”. La discusión es tan encendida que incluso hay partidarios de llevar el caso a los tribunales. Los presidentes de la federación de independientes de Aragón, Víctor Angoy, y del Partido Ciudadanos Unidos de Aragón, Adolfo Herrera, hicieron pública una nota en la que se mostraban partidarios de presentar un recurso de inconstitucionalidad contra la futura Ley de Lenguas de Aragón, por vulnerar derechos contemplados en la Constitución.

Una línea de argumentación que apoya también Gràcia, pero desde el otro extremo. “La inconstitucionalidad de la ley está clara al no reconocer la cooficialidad del catalán y el aragonés, como manda el artículo 3, de la Constitución. Alguien con sentido común me puede explicar cómo se podrían declarar cooficiales todas las mil modalidades lingüísticas de Aragón. Realmente un desatino”.

Difícil ponerse de acuerdo. Lo que parece claro, de todas formas, es que Aragón, el próximo día 17 de diciembre verá aprobada, tras 30 años de espera, su primera ley de lenguas. Para unos se quedará corta, para otros se pasará tres pueblos. Pero lo cierto es que el texto marca un hito en la comunidad, al considerar como lenguas propias al catalán y al aragonés. Algo tan sencillo, como impensable hasta hace bien poco. Se dejan atrás viejos complejos.

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