¿Cómo ha sido su primer año como arzobispo de Barcelona?
Bien, estoy muy contento. La gente es muy agradable y me han acogido muy bien los catalanes. Barcelona es una ciudad muy grande y yo soy de pueblo y he sido obispo de diócesis más pequeñas pero la verdad es que me estoy acostumbrando y no me siento extraño. Voy por la calle y la gente me saluda como si estuviera en Alcañiz y yo pensaba que en una ciudad tan grande esto no pasaba.
¿Cómo van las negociaciones para la vuelta de los bienes de Sijena?
Ese es un tema entre Barbastro y Lérida, Barcelona ahí no tiene nada que ver. Yo he sido obispo de Barbastro y en mi opinión lo que hay que hacer es seguir reclamándolos porque las propias parroquias lo piden. Imagino y deseo que algún día vuelvan.
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