Se trata de una tradición centenaria que pasa de generación en generación
Decenas de niños y niñas recorrieron ayer las calles de la localidad con latas, ollas y sartenes viejas para recordar a los reyes magos que no pueden pasar de largo sin entrar al pueblo.
Se trata de una tradición centenaria que pasa de generación en generación y que cada año concentra a más personas. La jornada comenzó con una chocolatada que ofreció el AMPA del municipio y concluyó con un teatro de títeres.