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El reto de ganar a Barcelona

19 Enero, 2010 por José Luis Valero

Bueno, ya no valen las excusas. Con lo que ha llovido y se ha escrito, aquí y en Cataluña con esto de la rivalidad entre Zaragoza-Jaca-Pirineos y Barcelona (sola  porque no ha contado con Lleida y Girona),  por los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 es el momento de demostrar que los intentos anteriores son agua pasada y que Aragón va de verdad y a por todas para ganar la candidatura y la nominación del COE y del COI.

Difícil, muy difícil, pero ahora es cuando hay que demostrar que lo de la Expo 2008 no fue casualidad y que Aragón sabe responder a los grandes retos poniendo en juego todos sus recursos. Hasta se puede opinar que el pulso lanzado por Barcelona ha servido para herir el orgullo colectivo de los aragoneses y asumir como propio un proyecto olímpico que estaba provocando simpatías, peor también rivalidades, escepticismo e incluso indiferencia. Si lo hacemos bien, el marrón será para los que deberán optar por nosotros o por nuestros vecinos, con la consiguiente bronca decidan lo que decidan: el Gobierno central y el Comité Olímpico Español, en el que ya ha habido miembros y clanes, como los Samaranch, que han salido a pujar por su Barcelona. Normal. Y eso que es complicado que el COE tenga el valor de apoyar una solicitud con fines exclusivamente electoralistas de un alcalde, como es el caso de Jordi Hereu. Lástima que los nuestros con puestos de responsabilidad en el Gobierno central, en las instituciones o en empresas con mucho peso político y financiero, así como los que pintan en el ámbito social y cultural, se queden al margen de momento para ver qué pasa.

Como somos tan especiales en Aragón, para tirarnos al monte de los Juegos de Invierno reclamamos algo real que nos permita creer. Algo así como lo de Santo Tomás, pero en papel. Un compromiso firme que sostenga un proyecto viable, con infraestructuras, inversiones, financiación y plazos de ejecución. Será necesario dar pasos. Uno esencial es que los aragoneses de las tres provincias cierren filas y busquen que la propuesta beneficie al conjunto. También hay que pasar página con los errores de antaño y considera un valor añadido la presencia de Zaragoza y Huesca para Jaca y para el Pirineo.

No debemos olvidar que competimos con un capricho a destiempo del alcalde de Barcelona, no con la sociedad catalana en su conjunto. Al contrario. Podemos ser cómplices, pase lo que pase. Otra cosa son los dirigentes políticos e institucionales. En todas partes cuecen habas. Vamos a ver qué pasa en los próximos meses, pero desde hoy mismo exijamos a todos los responsables presentes y futuros (los que vengan tras las elecciones de 2011 y 2012) que den la talla. Estamos en condiciones de ganar la candidatura y la nominación. No estamos para perder el tiempo y las ilusiones. Para eso renunciamos ya y nos centramos en superar la crisis, mejorar nuestro tejido productivo y seguir potenciando el turismo y ocio, con la nieve como principal sector, que es lo que más aporta a nuestro Producto Interior Bruto. Claro, que eso requiere mejorar las comunicaciones y los equipamientos, al margen de unos juegos. Así que no hay mucho que discutir. Habrá que ir a por todas, con o sin Olimpiadas.

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Insolidaridad olímpica

15 Enero, 2010 por José Luis Valero

La legitimidad no tiene nada que ver con la lealtad, con la ética y con la solidaridad. La decisión del alcalde Barcelona, Jordi Hereu, y la postura de apoyo que le ha dado el presidente catalán, José Montilla, aún a riesgo de dejar por los suelos la imagen de los políticos catalanes, son legítimas, pero ni son leales con sus vecinos, con sus compañeros de partido ni con el conjunto del Estado. No digamos la ausencia total de solidaridad y la carencia de ética política, al utilizar la confrontación por motivos electoralistas.

Es una lástima que nadie desde Aragón, desde el Gobierno central y desde la ejecutiva federal del PSOE sean capaces de responder con contundencia. Incluso el propio secretario de Estado, Jaime Lissavetzky, que en su día apoyó a Aragón, y alabó que la comunidad aragonesa tuviera el gesto solidario de esperar a que el COI se pronunciara sobre Madrid 2016 para no perjudicar las aspiraciones de los madrileños, ha dado aire a la salida de tono del alcalde de la Ciudad Condal, brindándole el mismo apoyo que a Aragón, en lugar de pedirle la misma actitud con Zaragoza-Jaca que la que los aragoneses tuvieron con Madrid. Sobran los comentarios. Queda claro que algunos tienen bula por la falta de carácter, de proyecto y de sentido de Estado de los gobiernos de turno. Cuando no han favorecido a unos, han favorecidos a otros. Siempre a costa de las comunidades del interior.

Si hubiera sido al revés, los responsables institucionales catalanes (no confundir con los catalanes o el conjunto de la sociedad catalán) habrían puesto el grito en el cielo y estarían denunciado persecuciones, conspiraciones y agresiones casi racistas y xenófobas contra Cataluña. Supongamos que la DGA tiene hoy un arranque de dignidad y rechaza frontalmente el trasvase de agua a cuatro pueblos catalanes. ¿Cómo se lo tomarían? Pero cuando lo hacen ellos, es que tienen derecho a pisotear. Aquí vale todo para tapar la mediocridad. Lo de menos son las olimpiadas. Lo grave es la falta de respeto, la provocación y actuar con alevosía. Eso es lo que rompen lazos que luego va ser muy difíciles de volver a atar.

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