De mi tristeza ante unos hechos « Lo finestró del Gràcia

De mi tristeza ante unos hechos

(Aquest article surt publicat avui dimarts a La Comarca d’Alcanyís. Els fets succeits a la Codonyera, el meu poble, m’han entristit força en fer-me  sentir vergonya aliena. Suposo que entendreu la meua reacció i el per què del meu article, així com l’estil i la forma. Rebria gustós els vostres comentaris)

“José Miguel Gracia Zapater*

He dicho y he dejado escrito en alguna parte, que a partir de ahora no gastaría una minuto más en argumentar cual es la lengua de los territorios de Aragón que conocemos como La Franja. A los que no admiten que son variantes del catalán, les diré que tienen un problema puesto que ha entrado en vigor la Ley de Lenguas que lo define con claridad, y como las leyes están para cumplirlas…

Unos recientes hechos sucedidos en mi pueblo, la Codonyera (puedo y debo escribirlo así por la ley y por la ciencia), me impulsan a escribir estas líneas. Ni es la indignación, ni es la controversia —uno ya cubrió el cupo en este asunto—, ni tan solo el afán de que resplandezca la verdad, es el profundo sentimiento de tristeza que los hechos que comentaré me producen, acerca de los cuales, hace unos días, nos informaba este periódico y algunas notas de prensa más.

Una charla informativa sobre la Ley de Lenguas aprobada en el Parlamento aragonés, no pudo celebrarse por la negación de la alcaldesa, María José Gascón, a ceder un local del Ayuntamiento. Las personas de Chunta Aragonesista que pretendían celebrar la charla lo calificaron como negación de derechos, boicot e ilegalidad. Yo me ahorro el calificativo y el lector ya pondrá el suyo. La alcaldesa manifestó que “todos los concejales del pueblo votaron en contra, por unanimidad” [sic] porque alteraría “el orden y la armonía del pueblo” Cuando, a través de una inexplicable unanimidad, se impide la libertad de expresión alegando defender el orden y la armonía, jirones de democracia y libertad se esparcen por calles y plazas. En estos casos, a uno le vienen recuerdos de tiempos ya pasados afortunadamente. ¿Como explicar que los concejales del partido —PSOE— que presentó en solitario la Ley de Lenguas, y que después la aprobó con la ayuda de la CHA, se opongan a su difusión, cuando deberían ser ellos los que la difundiesen?

La primera edil manifestó también: “Nosotros no hablamos catalán y decir que lo hablamos es un atentado contra nuestra persona y nuestra cultura”. Si alguien es capaz de descubrir el atentado a la persona y a la cultura que lo haga saber. Cuando los representantes políticos no ejercen la pedagogía de lo científico y se revisten de un populismo endogámico, los resultados suelen ser impredecibles.

Al parecer, después de la intervención de la abogada de la CHA, María José Gascón manifestó oralmente, no sé si por escrito: “Les cederemos la sala porque lo marca la ley aunque en el pueblo nadie está de acuerdo con que se lleve a cabo” Esta última afirmación me deja desconcertado. No es el caso de que una ley obligue o no a ceder un espacio a un grupo que no está ilegalizado para un acto de libre asistencia. Los principios y mandatos que lo imponen son tan generales como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Constitución Española y, en todo caso, el puro valor democrático de la libertad de expresión.

A aquel que no le gusta el acto, no va y sanseacabó. ¿Por qué hay que tener miedo  a la libertad de expresión y al debate entre las personas? Pero éste no es el caso, porque se trata de una ley que hay que cumplir. Una ley de derechos y de respeto a la lengua propia que no obliga a nada, ni a nadie y que a algunos nos parece corta, pero no por eso vamos a dejar de cumplirla y defenderla. Caso de que el acto se celebre, puede que no vaya nadie o puede que sí, no obstante, aquellos que no debieran perdérselo, o asistir a  otro similar, son los representantes públicos. A éstos, sí les impone la Ley ciertas obligaciones. ¿Conocen ya la Ley? ¿Saben cómo aplicar el mandato sobre la toponimia? ¿Cuál va a ser el tratamiento que hay que a dar a los escritos que reciban en lengua propia? ¿Saben si las Actas del Ayuntamiento habrán de ser bilingües? ¿Como van a promocionar la lengua propia? Pequeños ejemplos nada más.

Cuando sucumbe el ágora ante el miedo a la libertad de expresión, renace nuestra ancestral i endogámica defensa de lo tribal uniformante. Perdone el lector la pedante frase, es una pequeña treta para distraer mi sentimiento de vergüenza ajena.

Acabo con la misma sensación de tristeza que he empezado, aunque con la esperanza puesta en la nueva savia de los árboles jóvenes que crecen y crecerán. Supongo que el lector me entenderá si le digo que siempre he defendido el patrimonio humano, la historia, la cultura y la lengua del pueblo que me vio nacer y crecer, y en donde mantengo casa, familia y muchos sentimientos.

La basseta i la cantrella
no saben d’aigua passà,
la basseta està ben seca
i la cantrella trencà.

*Fill de la Codonyera

De mi tristeza ante unos hechos « Lo finestró del Gràcia.

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