De fontanero en la ciudad, a pastor en el Matarraña

De fontanero en la ciudad, a pastor en el Matarraña

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Gente con D.O.: Javi Salvador no nació en este territorio, pero desde hace tres meses es un vecino más de Fórnoles. Ha formado un pequeño rebaño de cabras, posee gallinas y pollos y tiene en la forja otra pasión con la que le gustaría ganarse la vida.

Javier Salvador tenía su vida decidida en Zaragoza o, mejor dicho, una forma vital predestinada por tradición familiar. Estudió Fontanería y a este oficio se ha dedicado durante algunos años en la empresa de casa junto a su padre y a uno de sus dos hermanos. No sabe bien por qué, pero siempre ha tenido una sensibilidad especial hacia el medio rural y los animales. “Vivimos unos años en una casa en el campo entre Casetas y Garrapinillos. Muchos días me iba con el pastor. Creo que la afición me viene de ahí”, reflexiona. Más que una afición lo de Salvador es una pasión porque, aunque admite que está en proceso de aprendizaje, no hay más que ver cómo se entiende con los perros, cabras, gallos y gallinas en las calles de Fórnoles.

La vida que Javi ha elegido para sí mismo comenzó a escribirse hace tres meses cuando llegó al Matarraña. Lo hizo a través de un amigo en común con Mónica Naudín, la chica de Ejea de los Caballeros habita ahora la Herrería del Tío Víctor, también en Fórnoles, y que protagonizó una de nuestras contraportadas hace un par de semanas. “Mi familia está de acuerdo y ya me han venido a ver. Fue mi madre la que me dijo que hiciera lo que quisiera, pero que lo hiciera ya”, comenta con una sonrisa.

Dicho y hecho, Javi dejó su trabajo familiar y llegó a Fórnoles, donde al igual que otros muchos nuevos pobladores alquiló una casa y comenzó a criar algunos pollos que venían con él. “Los primeros los compré para que mi sobrino viera que las gallinas no vienen del supermercado”, añade. La primera cabra la adquirió para desbrozar el campo pero, poco a poco, se ha hecho con un pequeño rebaño de cuatro, y dos crías que nacieron el viernes. Logró un corral en lo alto del pueblo, en un lugar desde el que se ve toda la retaguardia de Fórnoles y se adivina si viene tormenta. En casa no está sólo, además de su novia, que le visita muy a menudo, Javi comparte el hogar con Calce, Odín y Guarga, sus tres perros. Las mañanas se las alegran un jilguero y dos canarios. Asegura que es feliz con la vida que ha elegido y que no se arrepiente de nada. “Esto es lo que buscaba. Aquí se vive muy tranquilo y estoy siempre con mis animales que es lo que quería”, dice.

Un futuro en el Matarraña
Otra de las pasiones de Javi es el hierro. “Me encanta hacer forja y me gustaría dedicarme más en serio a ello. Quiero ganarme la vida entre el hierro, los animales y el huerto”, afirma mientras las cabras pastan junto a los pollos en las inmediaciones de la herrería de Naudín donde Javi pasa largos ratos haciendo sus trabajos con el hierro.

El domingo cumple 27 años. Tiene claro que su vida se seguirá escribiendo en estas tierras. “Busco un lugar en el que tener la casa y los animales  juntos, para dedicarme al cien por cien a ellos. Lo que sé seguro es que será en el Matarraña, porque es increíble”.

De fontanero en la ciudad, a pastor en el Matarraña.

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