La nueva presidenta de Aragón, la popular Luisa Fernanda Rudi, ha anunciado que quiere derogar la ley sobre el catalán aprobada por el anterior ejecutivo, lengua hablada por entorno a 50.000 personas en la zona que desde Catalunya se denomina Franja de Ponent. Además niega la unidad del catalán y califica la lengua hablada en Fraga y en otros municipios de cuatro comarcas aragonesas como modalidades lingüísticas.
Soy nieto, por vía materna, de catalanohablantes de Fraga. Aunque, como los lectores saben, no soy nada nacionalista, sí que creo en los derechos de las personas. Por tanto, igual que he defendido una mayor presencia del castellano en nuestro sistema educativo – sin romper su unidad y manteniendo que el catalán sea el idioma vehicular – o en nuestras instituciones públicas, defiendo también que se reconozca y ampare la lengua propia de los habitantes de la Franja, que no es otra que la catalana.
En mi caso no hay ninguna motivación política de reconstrucción de los Països Catalans, sino una estricta defensa de los derechos de una minoría que merece amparo. Por otra parte, negar la unidad del catalán como hace el PP en Valencia o en las Islas Baleares es la misma estupidez que negar que lo que hablan los andaluces es castellano. No reconocer la realidad y querer alterarla artificialmente es siempre un acto de autoritarismo. Malos tiempos para la libertad de los individuos.