Llibres bons per a l’estiu (més enllà de les llistes de vendes) | L’esmolet.
Columna «L’esmolet», Temps de Franja 118, juliol-agost 2013
No tinc costum de fer ressenyes dels llibres que he llegit, però darrerament me n’he endut sorpreses tan gratificants, que no em puc estar de compartir-ho amb vosaltres. I més ara, que ja tenim l’estiu a sobre. Una de les satisfaccions que porta el publicar un llibre, és l’intercanvi que inevitablement acabes fent amb altres autors. No només de llibres, és clar, sinó de les coses diverses de la vida que, fet i fet, en un escriptor acabaran esdevenint literatura. Això m’ha brindat l’oportunitat de llegir-me’n de no gaire coneguts. En comentaré dos, per ordre cronològic de lectura: Narcolepsia (Alrevés 2012), de Jordi Ledesma, és una novel·la que t’atrapa a la primera pàgina i no et solta fins que te l’acabes. Narra la peripècia d’un xiquet de la Barceloneta que, de manera fortuïta, es converteix en narcotraficant. A partir d’aquí, el seu ascens és vertiginós. El periple vital i geogràfic del protagonista ens du de la misèria a l’opulència desmesurada, de Bellvitge a Sinaloa. Tot sense perdre la tensió ni la versemblança. Si no hagués conegut personalment l’autor, hauria cregut que es tractava d’un narco penedit. L’altre llibre, també en castellà, és Crisis de gran mal (El Aleph, 2011), de Jesús Gil Vilda, un aragonès establert a Barcelona. Aquesta novel·la és un altre periple vital, en aquest cas d’un enginyer que es va enfilant en els llocs de poder d’una gran multinacional. Ha d’executar decisions que van en contra del que creu, però té l’esperança que, en arribar més amunt, podrà canviar el curs de les coses. També ens trobem amb una narració addictiva, que et submergeix en el món dels taurons corporatius. Una altra obra que sembla escrita per un novel·lista anglosaxó de primer nivell, i que en canvi, per motius que se m’escapen, costa de trobar a les llibreries. No mireu les llistes de vendes i descobriu bons autors.
DGA acuerda con Renfe mantener el tren por más de 13 millones de euros.
Alcalde busca niños desesperadamente | Sociedad | EL PAÍS.
“No hay nada que hacer, nos cierran la escuela”, le anunció hace un año la profesora a María José Vallés, la alcaldesa de Lledó, un pueblo turolense de 180 habitantes. Ya había aguantado con solo tres niños dos años, pero para el curso 2012-2013, la ratio aumentaba ineludiblemente a cinco alumnos. Desde ese día comenzó la lucha personal de esta regidora socialista, que se convirtió en casi una obsesión, para conseguir que no se cerrara el colegio. Tenía que encontrar niños que ocuparan un pupitre el curso siguiente. Así que puso un anuncio en Internet, llamó a la televisión autonómica, repitió su problema allá donde pudo. “Necesitamos urgentemente una familia con dos o más niños. Ofrecemos trabajo y una vivienda con alquiler accesible”, rezaba el reclamo. Cientos de personas acudieron a su llamada. Lledó consiguió dos nuevas familias con seis niños. Y la escuela se salvó.
Decenas de pueblos en toda España han recurrido a esta misma fórmula para evitar la muerte a la que están abocados cuando las aulas de una pequeña población se cierran. Los nombres varían, el problema es el mismo: Abejar (Soria), Arganza (León), Peñas de San Pedro (Albacete), Puente de Vadillos (Cuenca) o Castelnou (Teruel) son algunos de los municipios que componen la red de los que han dicho “no” al despoblamiento y pujan con sus ofertas por atraer a una nueva generación de vecinos.
Lledó pudo ofrecer trabajo gracias a un empresario local. “Me dijo: ‘Lo que haga falta, María José”, relata hoy la alcaldesa. La mayoría de las localidades utilizan como reclamo las casas gratis o con un alquiler simbólico, ciertas ayudas económicas o la supresión de impuestos municipales.
Aunque no es una práctica nueva, los recortes presupuestarios que amenazan a los centros rurales han despabilado a muchos pueblos que creen que la clausura de sus escuelas es el paso previo a la muerte. “Me costó lloros de impotencia, porque si a un pueblo le quitas la escuela, le estás cortando el futuro”, asegura Vallés, regidora desde 2011. Es difícil imaginar abatida a esta mujer en la cuarentena a la que las palabras le nacen firmes y que se cargó a los hombros la salvación del colegio.
El matrimonio zaragozano compuesto por Noelia Duce y Fernando Lorente marcaron el móvil que la alcaldesa hizo público en televisión y ahora parece que son del pueblo de toda la vida. Sonrientes y relajados cuentan su experiencia mientras de refilón miran a Susana, de cuatro años, que juega con los otros pequeños en el parque infantil. Sus gritos son los únicos que retumban entre los recios muros de piedra a la hora de la siesta en el pueblo. En un principio no eran los candidatos idóneos porque solo tenían una hija, pero cuando visitaron la frondosa comarca del Matarraña, conocida como la Toscana española por su paisaje similar con el de la región italiana, de la que Lorente se acordaba por algunas excursiones de su infancia, decidieron que se mudarían les dieran o no trabajo. “Pensábamos coger el paro y emprender aquí”, explican. Finalmente no fue necesario, porque el empresario del matadero ofreció un segundo puesto de trabajo a la alcaldesa. El matrimonio muestra orgulloso un marco con tres fotos en una mesilla de su nueva y espaciosa casa: son las del día de su boda celebrada hace un mes en Lledó. Una ceremonia sencilla, sin vestido de novia, la primera que oficia Vallés desde que es regidora.
Este sistema de repoblación de urgencia no siempre cuaja y a veces las familias se acaban yendo al poco de llegar o cuando se acaba el incentivo. Duce advierte a los que se planteen una vuelta a la naturaleza que “hay que saber diferenciar entre la vida de un pueblo en verano y los 365 días del año”. Alija del Infantado (León), de 798 habitantes, se lanzó a esta experiencia el año pasado para intentar rebajar la media de edad del municipio, aunque su situación no es crítica porque el colegio tiene 28 niños. Sin embargo, quiere tomar medidas antes de que sea demasiado tarde. “La escuela es lo que nos da vida, da gusto ver a los niños por ahí corriendo”, reconoce Victoriano Villar, teniente de alcalde. Siguen ofreciendo a los nuevos pobladores vivienda gratis, tierras para labrar y hacerse cargo de la serrería de la zona, que ahora está cerrada. Además, a los que tengan más de cinco hijos les regalan 300 euros nada más llegar. En cuanto lanzaron su oferta, se instalaron cinco familias, pero cuatro ya se han marchado porque no han encontrado un puesto en el que quieran trabajar y la otra está a punto de irse. Esto mismo lleva viviendo Rioseco (Soria), de 150 habitantes, desde hace más de veinte años, los que llevan acogiendo familias a cambio de empleo en las empresas de la zona. La última llegó hace cuatro años; viven en una casa municipal, el padre es pastor y uno de los hijos trabaja en la empresa de construcción de la zona.
Estos pequeños núcleos se resisten a la desaparición, a ver cómo las calles en las que crecieron se vacían. Son las principales víctimas de la bajada de natalidad en España, que ha vuelto a ser negativa por cuarto año consecutivo. Hoy nacen 60.000 niños al año menos que en 2008.
En Galicia, una de las comunidades más afectadas por el despoblamiento, surgió en septiembre una localidad peleona: Vilariño de Conso (Ourense), de 600 habitantes. En menos de dos meses, el tesón de sus vecinos hizo que se trasladaran a la aldea decenas de familias de Madrid, Barcelona o Teruel atraídas por los bajos alquileres del municipio y dispuestas a trabajar en el campo, el principal medio de vida de los habitantes de esta zona. Pasaron de 13 a 33 niños menores de 11 años.
Aunque muchos de estos capítulos acaban bien, la historia está lejos de un final feliz. José Andrés García, presidente de la Red Estatal de Desarrollo Rural, opina que la llegada de nuevas familias es algo “positivo”, pero se trata de un parche a una situación estructural de la falta de actividad económica en el medio rural. “Si se genera empleo en los pueblos, veremos volver a correr a los niños por sus calles”, asegura.
La pequeña Susana recorre con su triciclo las sinuosas calles de Lledó ajena a todo esto. Solo piensa que en dos días acaba el curso en la escuela que, sin querer, ha contribuido a salvar con su llegada.
La DGA se escuda en la “legalidad jurídica” en el caso del secretario de Alloza.
Bardavío ayer en las Cortes
La directora general de Administración Local del Gobierno de Aragón, Paula Bardavío, compareción ayer en las Cortes de Aragón para explicar los criterios que han regido el proceso de nombramiento del secretario municipal de Alloza. Según defendió, el Gobierno autonómico se amparó en la legalidad jurídica para aprobar el nombramiento. “Había un informe favorable del equipo de Gobierno del municipio del que procedía y cumplía los requisitos para cubrir la plaza”, apuntó Bardavío. La petición de comparecencia partió del Grupo Socialista. La DGA ha vuelto a retomar el expediente.
Con respecto al expediente que intentó tramitar el ayuntamiento de Monroyo, la directora General afirmó que había errores “de forma” y que por eso no prosperó. Además de que no se informó por escrito al afectado, dijo que la resolución del alcalde de Monroyo en octubre se limitaba a suspender de empleo e incoar expediente disciplinario pero no se explicaban los motivos.
Por su parte, la diputada socialista Carmen Sánchez lamentó que la DGA haya mirado para otro lado en este asunto y no haya aconsejado bien a los ayuntamientos afectados. “No se notificó por escrito a Monroyo que el expediente tenía errores”, matizó. Además, defendió que el secretario fue informado verbalemente de que se le iba a abrir un expediente e, incluso, que había una testigo.
Para el diputado de IU, Luis Ángel Romero, el Gobierno de Aragón no actuó con “sentido común”. Algo en lo que no estuvieron de acuerdo ni el portavoz del PAR, Joaquín Peribáñez, ni la del PP, María del Mar Vaquero.
UNA NUEI LARGA TA LA CULTURA ARAGONESA – LIGALLO DE FABLANS DE ZARAGOZA.
Y digo “puede poner”. Garra lei consigue lo proposato si o pueblo no enquiere. A lei xuta en Norteamerica no consiguió que os norteamericans dixasen de beber, a lei de tresparenzia no consigue que beigamos en qué se gastan as perras publicas. Ista lei de lenguas puede conseguir que quienes
tiengamos sensibilidá por a cultura aragonesa nos achuntemos y, “difuera de a lei” rebiscolemos (primero nusatros) a nuestra cultura, no ta nusatros, sino ta o planeta Tierra.
Dentramos en una epoca más fosca encara, en una nuei que parixe ba á durar un tiempo. Bueno, á una mala, feremos chileras.
La Junta de Govern de l’Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes va fer fa pocs dies una manifestació sobre la marginació i discriminació de la comunitat lingüística catalana
NOTA: “L’Associació Internacional de Llengua i Literatura Catalanes (AILLC) és una associació que té la finalitat d’aplegar a tothom qui s’interessi per la llengua i la literatura catalanes i de fomentar les diverses manifestacions de la cultura d’expressió catalana. Es creà oficialment a Cambridge el 1973, encara que l’origen fou la celebració a Estrasburg d’un col·loqui sobre lingüística catalana el 1968. A causa de la conjuntura política, no fou legalitzada a Espanya, sinó que té la seu teòrica a Amsterdam i fou reconeguda de bon començament per la Reina dels Països Baixos.
L’AILLC organitza cada tres anys un col·loqui internacional sobre temes relacionats amb la filologia catalana i en publica les actes; també publica semestralment des del 1980 la revista científica Estudis de llengua i literatura catalanes, amb ajut de la Fundació Congrés de Cultura Catalan i conjuntament amb les altres associacions de catalanística, i distribueix entre els membres informació regular sobre sessions de treball i sobre publicacions de l’especialitat.” (Segons la Viquipèdia)
Ángel Boya Balet, simpatitzant de Ciudanos
Dada la actual virulencia del independentismo catalán, basado, según los separatistas, en la existencia de la nación catalana, que a su vez se basa en la existencia de una lengua propia, el catalán, me permito esbozar unos trazos sobre esa lengua para poder enjuiciar la pretensión de independencia.
Desde Provenza en el sur y la región de Limoges en el centro de Francia hasta Murcia, incluida, la evolución del latín vulgar sobre un sustrato de la lengua ibera precedente, a partir de la caída de Roma el 476 d C, produjo una serie de lenguas romances. Lenguas o dialectos entre sí emparentadas, autóctonas, coetáneas, similares y mutuamente comprensibles, que los nacionalistas catalanes agrupan con el genérico “catalán”.
Prat de la Riba, sistematizador y potenciador del independentismo catalán, confirma estas afirmaciones: “En las costas del mar Sardo va a encontrarse la etnos ibérica, la nacionalidad ibera extendida desde Murcia al Ródano, o sea desde las gentes libio fenicias de Andalucía oriental hasta los ligures de la Provenza”.
En el Levante de la península Ibérica se dan por lo menos los siguientes dialectos con las características que hemos citado: Aptitxat, Meridional, Alicantí, Mallorquí (de Tarbena i la Vall Gallinera), Valencià, Murciá (desaparecido), Ribagorçà, Pallarès, Lleidatà, Tortossí, Matarranya, Maestrat, Castellonenç Salat de la Costa Brava, Barceloní, Tarragoní, Xipella, Mallorquí, Menorquí, Eivissenç. A las que hay que añadir el chapurriau de la franja oriental de Aragón, hoy llamado Lapao (Lengua aragonesa propia del área oriental). A estos dialectos, localizados en España hay que añadir todas las variantes de la lengua occitana, localizadas en el sur y centro de Francia, que tienen las mismas características de las españolas, entre ellas el limosín, el aranés, el gascón, el provenzal (la lengua de los trovadores). etc.
Hoy día, junio 2013, los habitantes de Limoges (centro de Francia) que conozcan el limosín, no tienen dificultad para comprender los dialectos hablados en la región de Cataluña, o en la de Valencia, lo que confirma que existe una misma lengua fraccionada en dialectos, algunas de cuyas piezas son los dialectos usados en el pasado y en la actualidad en el territorio llamado Cataluña.
El rey de Aragón, de Valencia, de Mallorca y conde de Barcelona y Montpellier, Jaime I, escribió su Crónica, en una de las variedades del occitano, el lemosín, que hoy los nacionalistas consideran catalán, lo que es una prueba más de la existencia de esa lengua común.
Por el contrario el castellano del que se derivó el español, sí que es una lengua no fraccionada y absolutamente original y distinta de sus vecinas.
Prat de la Riba decía: “Una lengua en estado natural, sin cultivo literario va a ser una conjunto de dialectos”. “Cuando una lengua permanece siglos en este estado de incultura o por ser absorvida por la invasión de una lengua superior o por descomposición interna, se trocea y se deshilacha en dialectos”. En este caso la lengua superior fue el castellano, desde hace cuatro siglos llamado español en todo el ancho mundo, salvo en España por influjo de los independentistas catalanes, quienes negando la existencia del idioma español pretenden negar la existencia de España. Del mismo modo que afirmando la existencia del catalán cree que crean la nación catalana. ¡El poder del lenguaje!
¿Cuál es la razón para que se considere a todos estos dialectos de esa lengua común, lengua catalana? ¿Por qué se apropian los nacionalistas de todos esos dialectos que se hablan en regiones muy alejadas y con una extensión muy superior a la de Cataluña? Respuesta: el fervor nacionalista catalán, es decir, la sinrazón.
¿Qué se entiende por lengua catalana? Si por lengua catalana se entiende la hablada por el mayor número de habitantes en la región catalana, habrá que concluir que el catalán por excelencia es el español. Lengua hablada por la totalidad de los habitantes de esa región.
Si por lengua catalana se entiende, alguno de los dialectos derivados de la evolución del latín vulgar en territorios previamente ocupados por poblaciones de habla ibera, en ese caso no habría motivo para que alguno tuviese preferencia sobre el resto. Así que ninguna región debería apropiarse de lo que le excede y supera. Es decir que no existe el catalán.
¿Cómo puede entonces decirse que existe el catalán?
CERIb: IV Jornada Cultural Coneix La Terreta. Normes per a presentar comunicaions.
– La temàtica pot ésser diversa: història, art, antropologia, llengua, geografia, geologia, medi natural, etc

El divorcio no es cosa de dos | Lo finestró del Gràcia.
(Article a publicar a La Comarca d’Alcanyís)
“José Miguel Gràcia*
Para formar una pareja, es decir, cualquier tipo de matrimonio o unión estable de convivencia es necesario el consentimiento o la determinación de las dos partes. Estoy seguro que todo el mundo estará de acuerdo con esta afirmación, por supuesto, si excluimos de la misma las sociedades primitivas, feudales o de ancestrales tradiciones que no tienen en cuenta los derechos de la mujer. No entran en mi razonamiento este tipo de sociedades.
Por el contrario, cuando un miembro del matrimonio o de la pareja quiere divorciarse o separarse, no necesariamente buscará el acuerdo de la otra parte, porque el desamor o la falta de entendimiento, o incluso la intolerancia, no se suelen producir en ambas partes de la pareja, ni con la misma intensidad, ni en el mismo momento, ni la causalidad es equivalente en ambas partes. En los casos excepcionales, cuando la voluntad de separación o divorcio se produce por igual en ambos lados, el problema lleva implícito ya una fácil solución. La ley, más allá del acuerdo entre las partes, servirá para establecer el equilibrio económico de derechos y responsabilidades en conflicto, y también la fijación de los derechos y responsabilidades en cuanto a los descendientes, si los hubiere.
Lo expuesto hasta ahora es tan solo un ejemplo de lo que quiero tratar a continuación: cuando un colectivo importante de ciudadanos de un país, afincados en unos territorios concretos, con unos sentimientos y símbolos identitarios mayoritariamente aceptados, con unos intereses económicos bastante coincidentes entre ellos —al margen, claro está, de los de la clase social—, con una cultura y lengua propias, con una percepción de que no son bien tratados ni comprendidos por la otra parte de ciudadanos y territorios; ¿deben tener derecho a decidir democráticamente su futuro? ¿Pueden decidir por mayoría significativa separarse o “divorciarse”? ¿Inclusive, aún no siendo ciertos una pequeña parte o una gran parte de los supuestos que les hacen sentirse diferentes o maltratados, deberían tener derecho a poner a prueba su voluntad a través de las urnas? Mi contestación a todas estas preguntas queda explicitada mediante el título de este escrito, pero añadiría más: “el divorcio es cosa de uno”.
Si el miembro de la pareja, que no siente deseos de separarse, se dedica a propagar la mala conducta del otro miembro y a afear su comportamiento, blandiendo principios naturales o legales, lo más probable será que haga aumentar los deseos de separación. El horizonte del divorcio se irá acortando. ¿No sería, tal vez, más racional y efectivo que la parte que no desea el rompimiento de la pareja, se dedicase a hacer ver al otro que ambas partes van a salir perdiendo, que siempre queda una posibilidad de convivencia, que incluso el amor se pude recomponer? No crean que se me olvida que en un proceso de separación, la racionalidad es escasa. Quiero dar un paso más en mi razonamiento. En el supuesto de que, tras un período, llamémosle de reflexión o negociación, se llegase a una teórica recomposición de la pareja, por la que una de las partes tolerase una mayor dejación de derechos o sentimientos, ¿cree el lector que estaría garantizado por mucho tiempo el futuro de la pareja? ¿Son justas o deseables este tipo de recomposiciones? Y otro paso más. Convendrá conmigo el lector que si tras un deterioro significativo de la pareja, se llega a una posterior reconciliación, tal vez este acontecimiento feliz, ha podido imposibilitar un futuro más feliz de ambas partes por caminos separados. Cierto es también, que se da más de un caso de parejas que se rompieron y volvieron a juntarse, hecho no aplicable a colectivos nacionales o países.
Soy consciente de que se puede calificar mi ejemplo de especulación interesada, no obstante, nadie me podrá rebatir que el transcurrir del tiempo sin abordar con claridad y decisión la solución de los problemas de una pareja de personas o de dos colectivos nacionales, con ansias de divorcio o separación, no hace más que agravar el tema y hacer más difícil la solución del conflicto.
No hace falta que le diga al lector a que pareja o colectivos de nuestro país me refiero. Como los caminos de los sentimientos y del amor son inescrutables, el divorcio, desgraciada o afortunadamente, solo es cosa de uno, por mucho que sus consecuencias afecten a las dos partes.”
INSTINT D’ANIMALS: REPORTATGE SOBRE ACTUALITAT I HISTÒRIA DEL CATALÀ A LA FRANJA.
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| Açanui. Foto: www.turismolalitera.es |
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| Alcaldes i regidors signants de la Declaració de Mequinensa del 2013. Foto: www.lavanguardia.com |
En la que s’ha conegut com II Declaració de Mequinensa, els signants valoren «el treball realitzat per el Govern d’Aragó en l’ensenyament de la Llengua Catalana en els centres educatius dels municipis». Mostren el seu descontent amb la modificació del nombre de les Llengües Pròpies d’Aragó per LAPAO i LAPAPYP, i acusen el Govern i les Corts d’haver fet un «ridícul universal». La Declaració acaba amb la sol·licitud de la derogació immediata de la nova Llei, el compromís de «presentar mocions a tots els ajuntaments que impulsin la formació y el prestigi de la llengua, enlloc de convertir-la en un element de polèmica y confrontació», i l’advertència de recórrer fins i tot a les autoritats europees per defendre la denominació de la llengua.
Natxo Sorolla adverteix que quan una llengua deixa de ser útil en la societat és quan realment té perill de desaparèixer. Creu que des de l’activisme s’ha de veure quins són els punts que s’han de retenir, i fer nous passos favorables com per exemple redefinir la qüestió dels noms o que sigui el català la llengua vehicular a l’ensenyament. «Que el català sigui part de la docència és l’única forma en què pots aprendre una llengua i posar-la en pràctica. Si només t’ensenyen la teoria no es posen en pràctica els coneixements», opina Sorolla. En el tema de la llibertat lingüística de la que es parla amb aquesta Llei, afirma que si no tens una societat realment bilingüe on tots els parlants coneixen les dues llengües no tens llibertat lingüística.
Nos han sacado la lengua – Opinión – El Periódico de Aragón.
ELOY Fernández Clemente 23/06/2013
He obedecido la buena norma que me enseñaron de chico: cuando estés muy enfadado, cuenta hasta cien. Y hasta cien veces cien he estado contando, tras el espectáculo dado en toda España (también leo medios lejanos y me escriben muchos desde el extranjero) con la negación del mero nombre de dos de nuestras lenguas. Hemos sido la risa, el asombro, la indignación, más aún dentro que fuera. Aquí, seguimos estupefactos, porque nunca el surrealismo político, tan propio de esta tierra, había llegado tan lejos.
Ya se esperaba, no algo así, inimaginable hasta ese momento, pero sí carpetazos, pucherazos, cierres en falso a un asunto que llevaba demasiados años pudriéndose a la espera de una sanción, Ley de Lenguas la llamaron. Y ahora, cuando las protestas se han producido, aunque con moderadas y educadas formas, en las zonas en que se habla el aragonés o el catalán, cuando Cataluña ha protestado de la befa y escarnio a su idioma, compartido aquí y en otros sitios, cuando hasta el ministro Wert ha dejado en evidencia a la consejera Serrat, catalana de nación, por haber impulsado, apoyado, legislado, en ese infame sentido, quizá haya que preguntarse por qué ha ocurrido todo esto.
Porque parece demasiado fuerte que haya ido saliendo así, como sin darse cuenta, escapando a realidades temidas y odiadas, huyendo, como los alemanes al final de su guerra mundial segunda, hacia no se sabe dónde. Tuvo que haber un geniecillo ideando esta propuesta tan absurda, alguien que la ofreció como solución a sus jefes, esperando fuera premiada su osadía. No ha trascendido, y debe de estar escondido, esperando que amaine la tormenta, pero haberlo, lo tuvo que haber. Como las brujas.
En el análisis debe haber dos partes: una, el aragonés, viejo idioma ahora reducido a los grandes valles del Pirineo, y revitalizado por jóvenes que escudriñan sobre ese curioso y hermoso pasado. Idioma que floreció en la Baja Edad media, con importantes estudiosos, autores, traductores, hasta que la unificación peninsular tan torpe en algunos aspectos, liderada por Fernando el Católico, hizo entrar en crisis la lengua propia, en favor de la castellana. Aun así, medio milenio después, resistían, gracias a las largas nevadas y aislamientos, muchos hablantes. Sólo las nuevas comunicaciones, la radio y televisión, y muchos políticos que odiaron siempre (y temieron) esta pequeña fabla, la han puesto en peligro. Y así, quienes defienden el rebeco, el oso pirenaico, el quebrantahuesos, las ermitas románicas en ruinas, no entienden que una lengua sólo se salva si se habla, lee, escribe, enseña. Si no, será otro latín, que ya no lo saben ni muchos curas, sánscrito puro.
El caso del catalán, que así se llama, señores diputados ultraconservadores, el idioma hablado en tierras aragonesas orientales, es más complicado. Incluso muchas gentes, sobre todo los votantes de esos dos partidos impulsores de la estólida norma, han defendido siempre que lo que ellos hablan, con lo que se entienden perfectamente con catalanes, valencianos, baleáricos, no es catalán, sino “chapurriau”, es decir, o catalán mal hablado, muy mezclado con castellano y vocabularios propios; o bien un dialecto, como todos los demás, del ampurdanés y el tortosí al alicantino o el ibicenco, pero que los de aquí prefieren denominar con ese feo insulto: chapurriau. Se repite el caso de Valencia, donde el PP ha impuesto, hasta con sanciones, y contra el parecer de la mayoría de filólogos y humanistas de sus universidades, que ellos hablan valenciano, no catalán. Y con unas pocas palabras diferentes, edifican toda una parafernalia indefendible.
Que los políticos que nos gobiernan, los del PP, actúen como los valencianos, tiene su explicación: prefieren hurtar lengua y cultura comunes con Cataluña, no vaya ésta, tras sus conatos independentistas (que acabarán cuajando, no ahora porque Mas no lo puede hacer peor, pero algún día, porque el PP tampoco puede casi estropearlo más), a reclamar las tierras y gentes que pertenecen, dicen, a “elsPaïsoscatalans”, como hizo D’Annunzzio con su Italia irredenta, echando leña al fuego fascista. Pero que este despropósito sea apoyado por las gentes del PAR, un partido en cuyas siglas y definición figura el aragonesismo, resulta disparatado, absurdo. Claro que llevan ya demasiados lustros lucrando el poder como pequeño pero decisivo eslabón a derecha o izquierda, según convenga, y comportándose como un perfecto partido de clientelismo en cargos por todo el territorio y sus comarcas, pragmáticos hasta perder prácticamente toda ideología. Y en ese camino se dejan lo que haga falta, aunque también cobran cara la piel en otros asuntos.
Algún día, cuando tenía tratos con un excelente puñado de esos aragonesistas, ya todos hoy alejados o marginados por el aparato parista, les señalé la necesidad, de una parte, de apoyarse en grandes precursores del aragonesismo conservador: valía más que se molestasen en ello, que no que nos dejasen a los de izquierdas esa tarea. Y, por otra parte, aunque es casi un corolario de lo anterior, me dije que era tremendo llevar 40 años trabajando sin saberlo ni quererlo para un partido tan conservador (en muchas cosas ha escorado a serlo tanto o más que el PP), ya que mis estudios y ediciones, sumados a un electorado altamente conservador, daba un porcentaje, no muy alto, pero suficiente, de votos para el PAR. Un partido capaz de apoyar, si es que no salió de sus filas la “ideica”, la infamia de negarle a dos de nuestras lenguas incluso su nombre común.
Catedrático. Universidad de Zaragoza
Per Sant Joan, crema de Lapaos i Lapapyps a la xera popular del Parc Bruil de Saragossa.
Acte organitzat per la Coordinadora Aragó Trilingüe
Autor de la foto: Ricardo Párraga
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