PP y PAR imponen el «lapao» en un pleno tenso y de repercusión estatal

PP y PAR imponen el «lapao» en un pleno tenso y de repercusión estatal.

Emma Zafón


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Las Cortes de ayer durante la votación del texto, que salió adelante con la mayoría de PP y PAR

Aragón centró ayer la polémica a nivel nacional con la aprobación definitiva de la Ley de uso, protección y promoción de las lenguas y modalidades lingüísticas propias, cuyo contenido más llamativo es que se sustituye el catalán por la Lengua Aragonesa Propia del Área Oriental. Abreviada como lapao, el experimento promovido por la mayoría de PP y PAR generó un debate político tenso que fue seguido desde instituciones, personalidades de la cultura, asociaciones y desde las principales redes sociales.

 

La mayoría, para referirse al lapao como «sandez», «esperpento», «vergüenza» o «hazmerreír». Otros, los menos, para vanagloriarse de que por fin el catalán ha desaparecido de la normativa lingüística aragonesa. Lo cierto es que la bola del proceso legislativo y su posterior votación sigue creciendo y dando pie a todo tipo de sátiras y polémicas.

Como ejemplo de lo primero, una empresa de Sabadell ya ha sacado al mercado una aplicación móvil para traducir del catalán al lapao. Y como ejemplo de polémica, el miércoles el PP de Cataluña se encargó de dar un tirón de orejas a sus compañeros de partido en Aragón diciendo que en la Franja «todo el mundo sabe que se habla catalán», en palabras del portavoz parlamentario, Enric Millo.

No es una afirmación descabellada dentro del PP. La primera ley de protección que reconocía al catalán y al aragonés se aprobó en 1999 bajo el mandato del expresidente popular Santiago Lanzuela. Y hasta hace unos días, la portavoz actual del PP en la materia, Maria José Ferrando, utilizaba el término catalán para referirse al idioma. Hasta verificó que si se impartían clases de «aragonés oriental» o lapao, la responsabilidad debería recaer sobre filólogos catalanes.

Analizándola de cerca, la ley actual no difiere sustancialmente de la anterior de no ser por la creación de dos nuevos idiomas. Al lapao de la Franja se suma el lapapyp (Lengua Aragonesa Propia de las Áreas Pirenaica y Prepirenaica), anteriorimente conocido como aragonés. El cambio ha herido sensibilidades y algunos analistas ya avanzan que la ley autonómica podría inclumplir la Constitución, el Estatuto de Autonomía y la Carta Europea de las Lenguas.

Los dos primeros textos serían incompatibles de acuerdo a sus artículos 3 y 7, respectivamente, que velan por el respeto de todas las lenguas españolas y prohiben la discriminación por este motivo. La Carta Europea de las Lenguas se encarga de proteger las minoritarias en su artículo 7. Esta denuncia sobre supuestas incompatibilidades fue argumentada ayer en el pleno por el portavoz de IU, Adolfo Barrena.

Del «engendro» a la satisfacción
Para gustos, ley de Lenguas. La frontal oposición que ha recibido el texto por parte de la comunidad científica y de expertos lingüistas choca con el buen sabor de boca con el que cierran este episodio la Federación de Asociaciones Culturales del Aragón Oriental, Facao. Los primeros han acabado encajando el golpe con humor.

Si el sociolingüista de Peñarroya de Tastavins, Natxo Sorolla, ironizaba sobre la posibilidad de que ayer no le entendieran en la comarca catalana de La Noguera, el expresidente de la Asociación Cultural del Matarraña, José Miguel Gracia, se mofaba de que ahora podía incluir un idioma más en su currículum. Bromas aparte, ambos reiteraron la difícil situación en la que quedan el catalán y el aragonés. Sorolla teme que la ley sea el punto de inflexión para que el castellano empiece a ganar terreno al catalán como lengua cotidiana.

Según los datos que el sociolingüista recopiló en un estudio, la Franja es el territorio catalanoparlante con más usuarios. Hablan y entienden el catalán el 90% de personas, muy por encima de provincias como Alicante donde apenas llega al 20%. En el uso doméstico, el 80% de aragoneses bilingües lo utilizan en casa frente al solo 50% de catalanes y baleares.

«El uso está consolidado entre personas de mediana y avanzada edad pero el elevado porcentaje podría retroceder entre los más jóvenes si no se promueve el idioma» concluyó Sorolla.

Los miembros de Facao discrepan con el experto ya que para ellos la nueva ley supone un gran avance. Tanto es así que una docena de personas de esta asociación estuvieron presentes en Las Cortes durante la sesión plenaria. «La ley nos gusta porque reconoce nuestras lenguas propias y contribuirá a fomentarlas y a conocerlas», explicó el presidente de Facao en el Matarraña, Luis Gascón.

Su formación no fue la única que se concentró ayer en Zaragoza. Facao coincidió en la sesión del pleno con las Juventudes de ERC en la Franja, que lucieron una pancarta en la que se podía leer: «A La Franja en català». Llevaban pegatinas rojas en la boca para denunciar la situación.

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