La banda Prau ha hecho de la música una forma de reivindicar la cultura aragonesa divirtiéndose

La dignificación de la tierra – Escenarios – El Periódico de Aragón.

La banda Prau ha hecho de la música una forma de reivindicar la cultura aragonesa divirtiéndose

DANIEL MONSERRAT 02/06/2013

“Disfrutar de la música sin ninguna expectativa concreta”. No hay más. Ese es el secreto de Prau que se juntó en 1997 y que dieciséis años después sigue en pie con más ganas que nunca de reivindicar Aragón: “Una vez publicada esa primera maqueta, se decidió hacer todo en aragonés y apostar por los instrumentos tradicionales en las melodías, sustituir los punteos de guitarras por los instrumentos tradicionales y, siempre, desde la filosofía del do it yourself (háztelo tú mismo)”, arranca Chabi, bajista de la formación que insiste, junto a la vocalista, Isabel, en que “el aragonés es la marca de la casa, como puede serlo el uso de la gaita. Si no, sería otra historia”.

Y es que la reivindicación de la lengua y de los valores aragoneses es una de las señas de identidad de la banda: “Intentamos dignificar nuestra tierra, costumbres y reivindicar determinadas actuaciones que se hacen o se dejan de hacer”, asegura Isabel. Quizá por eso ven con preocupación la nueva ley de lenguas aprobada en las Cortes de Aragón ya que la consideran un ataque directo contra la Historia: “El Gobierno anterior dio un mínimo paso que ni mal ni bien sino todo lo contrario, pero esto que han hecho ya huele a rancio totalmente, como muchas cosas que hacen este tipo de gobiernos”, empieza el bajista de Prau que va más allá: “De la vergüenza hemos pasado a hacer la risa. El hecho es que si se llamara suahili esta lengua, se llamaría así pero como se llama catalán hay un sentimiento muy politizado de intentar poner en contra a los pueblos y a los gentes. Y como eso no se llama catalán pues esto que cantamos nosotros tampoco es aragonés. Hombre, por favor. Que tenemos mucha historia como para tirarla de un plumazo”, reivindica Chabi que asegura que “da vergüenza hablar con gente de otros lugares que te dicen ‘pero, tío ¿ahí qué estáis haciendo?’. No entiendo por qué no le hacen caso a los lingüistas. Es que no nos reconocen ni el nombre”.

Aún así, el músico es optimista: “Supongo que esto va a ser como un movimiento contrario de acción-reacción. Ya hay movimientos por ahí, agrupándose para ir contra este tipo de leyes porque esto no nos lleva a ningún lado”. Ambos, Chabi como Isabel, hablan con conocimiento de causa ya que han trabajo con Nogará Religada y han estado “muy cercanos” al movimiento Chuntos por l’aragonés de donde salió la Academia de la lengua, “un órgano alegal que, aunque no respetó el anterior gobierno, la ley sí reguló ya una lengua común, entre los patrimoniales del norte y la gente que estábamos aquí aprendiendo o trabajando por la lengua aquí en Zaragoza… pero eso se ha borrado de golpe”.

Un idioma con el que el grupo se ha identificado desde el principio, algo que no les supuso grandes dificultades: “Al principio, las letras se comenzaban haciendo en castellano y luego se traducían pero realmente no tenía mucho sentido porque las cosas no cuadran exactamente igual y entonces se decidió hacer las letras en aragonés. Y así nos sirvió un poco para aprendizaje, el que sabe más, lo transmite e intentamos todos tener un conocimiento un poco básico y algunos tienen mayor soltura”, explica la vocalista que se sorprende cuándo se le pregunta cómo es cantar en aragonés: “Pues es igual que en castellano, realmente por mucho o poco que sepas es una lengua muy intuitiva porque todos hemos utilizado expresiones o palabras en aragonés”.

Junto al idioma, el grupo no ha dejado de lado otra seña de identidad aragonesa como son los instrumentos tradicionales: “Hay mucha gente que lleva muchísimo tiempo luchando por su dignificación y su uso y recuperando partituras”, dice Chabi que defiende su estilo de “rock y gaitas ya que en todo el mundo se combinan músicas tradicionales con más modernas”. Algo que Prau ha hecho desde el principio como algo innegociable: “Siempre estamos pensando cuando hacemos una canción en la tesitura de voz de Isa y en las tonalidades de los instrumentos tradicionales. A veces hay que desechar o modificar canciones porque no casan”.

En sus diferentes viajes por España, la banda ha podido comprobar que “muchas veces se tiene más sensibilidad por nuestra diversidad fuera que aquí mismo”, afirma Isabel que reconoce, de todas formas, que todo ha cambiado mucho: “Hace diez años había gente que le parecía de risa lo que hacíamos y decían que si habíamos cogido las cuatro palabras del pueblo”. En ese sentido, recuerda Chabi, “que se ha ido avanzando gracias al trabajo de colectivos como Nogará, Radio Topo, Enrestida… pero aún falta. En Galicia, por ejemplo, hemos hecho entrevistas en gallego y nosotros en aragonés en la radio autonómica; en Asturias, lo mismo. Luego está Radio Matarranya que emite en catalán… Y aquí, nada”.

Y es que, ambos creen que el problema es “la politización de la cultura que es un grave error. La cultura es cultura y punto, y la lengua es una lengua y ya está. Es patrimonio. Con la lengua no se puede matar a nadie, no puedes hacer nada malo”, reafirman.

Las letras de Prau abarcan mucho más que la reivindicación de un idioma: “En las letras denunciamos muchas cosas pero sin más, no buscando nada más. Aunque hay veces que hablamos de cosas que nos pasan en la vida, no siempre es lucha y revolución, pero la música la entendemos desde ese prisma. Tenemos algo que decir y lo decimos, cuando no tengamos nada que decir, dejaremos de tocar”.

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