Recreació històrica a Faió – Living history – L’Atzucac / Emma Zafón

L’Atzucac / Emma Zafón.

 

 

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Living history

El inglés no solo sirve para hacer de este país un lugar más moderno en el que vivir. A veces, quita hierro a significados que resultan dolorosos en nuestro propio idioma. Es el caso de lo que los anglófonos conocen como ‘Living history’, que así escrito suena simpático y culto. Incluso recuerda al abuelo Abe Simpson cuando rechista porque sus memorias no concuerdan con la versión oficial de la Segunda Guerra Mundial. Precisamente, fue en capítulos de esta serie de animación donde vi por primera vez en qué consistía la recreación histórica.

Aunque en The Simpson siempre se trata de borrachines que interpretan a viejos soldados de la Guerra de Secesión de Estados Unidos, los capítulos en los que se aborda esta cuestión me permitieron conocer que hay países en los que gente por amor al arte recuerda los episodios menos agradables de su historia.

El ‘Living history’, o recreación histórica en nuestro terrenal idioma, va haciéndose un justo hueco entre la sociedad española. Pero su aceptación y consolidación está todavía en fase embrionaria. No es fácil asumir que hay gente que vive la Historia de una forma tan apasionada que dedica su tiempo libre a buscar restos de armamento de la Guerra Civil por los montes del norte de Castellón, como mi amigo Fran Simo, presente en la mayoría de eventos relacionados con dar vida a la historia bélica española. O personas que se conocen al dedillo la historia de la División Azul y hasta son capaces de reproducir un antitanque Pak 45 con sus propias manos, como el alcañizano Javier Sahuquillo. 

Tras meses sin meterme de lleno en el ‘Living history’, Militaría me hizo coincidir con ellos y con otros tantos que hacen que una simple charla entre cervezas se convierta en una clase magistral de Historia. Es impresionante la información que llegan a acumular tras meses rastreando datos por internet. Tras años de hacer de su principal interés una curiosa forma de compartir con amigos las tragedias de nuestros antepasados. Explican con tanta devoción como precisión las características de la vida de hace ochenta años. Las botas que llevaba mi bisabuelo, las gafas que utilizaba el tioabuelo de mi vecino, la simpatía y el odio que se tenían aquellos que nos enseñaron que las guerras no solucionan nada. 
La feria Militaría alcañizana fue una apuesta más para que la recreación histórica de la Guerra Civil sea vista como algo normal, como parte de nuestro pasado y no de nuestro dolor. Se suma al resto de actividades que organizan tanto el Frente de Aragón como el resto de asociaciones de este tipo en nuestro país.
Al igual que ya hiciera antes de empezar la feria, animo desde aquí a todos aquellos que no conozcan este interesante mundo que se dejen caer por la próxima recreación en Fayón. Merece la pena ver un espectáculo tan real como es el ‘Living history’ patrio.

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