Prohiben el uso de aguas sobrantes de invierno ante la campaña de riegos en la cuenca del Matarraña – Diario de Teruel

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El Sindicato Central de Usuarios de la Cuenca del Matarraña prohibió la semana pasada el uso de aguas sobrantes de invierno en la toda la cuenca. Esta es una medida que busca garantizar que el agua que pasa por las comunidades de riegos llegue a los usuarios con derechos adquiridos, esto es, a los riegos tradicionales del Matarraña.

Según explicó el presidente del Sindicato Central, José María Puyol, con esta resolución, los cultivos que están considerados “de segundo turno” tienen prohibido ya (y hasta que termine la campaña de riegos) el uso del agua que baje por las acequias para el llenado de balsas. En este sentido, recordó que la medida persigue garantizar que el agua que baja por las acequias y por el río llegue a los usuarios de la cuenca media y baja, donde el río baja, durante el verano, prácticamente seco.

Al mismo tiempo, José María Puyol señaló que “en las localidades de Fayón, Fabara y Nonaspe (las tres últimas bañadas por el río antes de su desembocadura) se ha solicitado que el agua circule por las comunidades de riego, porque por el río ya baja muy poca agua”. De ahora en adelante, el Sindicato establecerá turnos para que, a través de las acequias, el agua llegue hasta el final de la cuenca con objeto de que los frutales de la zona baja -donde figuran más plantaciones- puedan recibir riegos antes de la recolección de la cosecha.

Además, el presidente del Sindicato Central recordó que la prohibición de uso del agua sobrante de invierno supondrá también que “cada una de las 39 comunidades que integran la cuenca decida sobre los usos del agua a partir de ahora”. En cualquier caso, Puyol se mostró convencido de que los regantes del Matarraña no tendrán problemas para regar este verano e incluso de que no será necesario desembalsar el pantano de Pena, situado en cabecera. No en vano, dijo, tanto las balsas de La Trapa como de Valcomuna, situadas en los términos municipales de Mazaleón y Maella, están al máximo de capacidad.Estas balsas laterales cuentan con una reserva de agua de más de tres hectómetros cúbicos. En este sentido, José María Puyol recordó que el año pasado se vivió una situación similar, y tampoco se tuvo que realizar un gran desembalse de agua del pantano de cabecera, que durante décadas fue la única infraestructura de almacenamiento de agua que tuvo la cuenca del Matarraña. Desde su punto de vista, “con las balsas llenas, puede que no tengamos que tocar el pantano de Pena”, que, añadió, “a estas alturas es como la caja de ahorros que tiene la cuenca hablando en términos hídricos”.