Mont-rebei, el impresionante desfiladero que separa Aragón y Cataluña | El Magacín

Conservado totalmente intacto y con paredes verticales de hasta 500 metros de altura encontramos en la sierra del Montsec, en Lérida (Lleida), uno de los parajes naturales más impresionantes de España; el Congost de Mont-rebei (o desfiladero de Mont-rebei), que presume de ser el único gran desfiladero de Cataluña conservado prácticamente intacto, y donde el cauce del río Noguera Ribagorzana atraviesa un cañón de paredes de hasta 500 metros de altura y con una anchura de hasta tan solo 20 metros en algunos puntos. Este lugar es también famoso por ser la línea divisoria entre las comunidades de Cataluña y Aragón.

Un camino excavado en la roca de las inmensas y verticales paredes del Congost, nos permite disfrutar de unas vistas espectaculares. Se trata de un camino bastante estrecho pero que tiene instalados unos pasamanos en la pared para mayor seguridad.

No solamente se puede visitar a pie, sino que también se puede hacer en kayak partiendo del embalse de Canyelles, viendo el desfiladero desde otra perspectiva diferente. Incluso, lo interesante podría ser una ruta combinada de kayak y caminata, sobretodo en verano donde se puede uno dar un refrescante baño después. Nosotros no hicimos kayak pero la verdad es que no nos faltaron ganas al ver otros aventureros haciéndolo. Lo dejamos para la próxima.

El Congost de Montrebei también es un lugar frecuentado por aficionados a la escalada, aunque por la cantidad de aves rapaces que anidan en sus paredes, como el quebrantahuesos, es desaconsejable esta actividad en determinados meses del año.

La ruta que hicimos

La Masieta – final del Desfiladero de Montrebei (1h 15’) – Segundas pasarelas de Montfalcó (2h30’)

Se puede explorar este paraje realizando una ruta sencilla, que no requiere una gran preparación física, ya que el desnivel durante la ruta no es muy elevado, pero sí es importante no aventurarse si se tiene mucho vértigo ya que hay momentos de mucha impresión incluso para gente sin vértigo como nosotros. No se trata de una ruta peligrosa, pero sí hay que tener cierta precaución, sobretodo si se va con niños. Aunque no nos olvidemos, no es el ToysRus ni el Imaginarium y, a pesar de ser perfectamente factible, con niños muy movidos y/o desobedientes, mejor no arriesgar. De hecho vimos a varias familias con niños, que disfrutaban muchísimo de la excursión.

Nosotros le dedicamos a la ruta en unas 6 horas yendo tranquilos, disfrutando del paisaje, haciendo fotos y parando a comer sentados en la sombra.

Empezamos la ruta desde el aparcamiento de “La Masieta” en Puente de Montañana (coordenadas GPS: 42°05’50.3″N 0°41’46.1″E), donde nos pidieron 4 euros por aparcar nuestro Opel. En el parking hay aseos y una caseta de información donde te dan mapas y todo tipo de información necesaria para la visita.

Después de caminar unos 45 minutos siguiendo el GR1 llegamos al desfiladero. Una vez pasado el desfiladero entero (30 minutos), seguimos la ruta hasta el desvío que va a Montfalcó donde el camino se convierte en un descenso hasta llegar al Congost de Siegé (20 minutos), punto donde vuelve a estrecharse el cauce del río y donde un puente colgante de 36 metros de longitud, construido en octubre del 2012, comunica las dos orillas balanceándose a nuestros pasos, uno de los atractivos de la ruta. Desde este punto las vistas del desfiladero y del paisaje son impresionantes.

Seguimos hacia las pasarelas de Montfalcó. Alcanzamos las primeras después de caminar otros 20 minutos, esta vez de “subida infernal”, como dijo el chico de la caseta de información. Las primeras pasarelas fueron uno de los momentos más impresionantes de la excursión por el hecho de descender una pared vertical de mucha altura por una pasarela de madera estrecha, que nos hacía temblar las piernas a todos. Algo de adrenalina para el cuerpo por una infundada sensación de peligro. Una vez abajo seguimos 15 minutos hasta la segunda pasarela, no menos impresionante que la primera.

Advertencia para aquellos que lleváis perro: las pasarelas son un momento complicado no solo para nosotros, también para nuestras mascotas, y es muy probable que os toque cogerlas en brazos, si es un perro pequeño no habrá problema pero con perros grandes podríais quedaros sin bajar, ellos no se ven seguros y se resisten porque las lamas de las pasarelas están algo separadas y las escaleras son de huella muy pequeña y empinadas.

Bien, en este punto paramos a comer y la vuelta, deshaciendo el camino que nos había traído hasta este punto, ya fue más rápida ya que no paramos tanto a hacer fotos, nos dejamos de tanto “selfie” con nuestra súper cámara deportiva Sony, y el paisaje ya lo conocíamos, así que parábamos menos a contemplarlo.

La verdad es que las fotos, a pesar del iPhone 6s, no le hacen justicia a este rincón que, como veis, no tiene desperdicio, así que hay que verlo en persona. No hay excusa para no visitarlo.